Tengo la sensación de que una vez
más la oposición está pegando en el clavo y en particular nuestro compañero
Martín Lema ha levantado una cantidad de alfombras que ocultaban groseras
faltas de gestión.
Lo hecho por Martín ha generado
que un personaje tan particular como el Diputado Rubio haya decidido impulsar
la investigadora y para desgracia de quienes viven obsesionados con marcar la
cancha entre izquierda y derecha, no tienen más remedio que observar a los
supuestos extremos unidos en aras de un bien común: denunciar lo que está mal
hecho.
Al tenor de las denuncias, éstas
están evidentemente centradas en temas de gestión, amiguismo, conflictos entre
el interés público y el privado, etc. Y parece lógico porque la salud, su
cuidado y su promoción no es un tema que haya estado en la agenda política
hasta que Marita, Olesker y siguientes no se hayan empecinado en resaltarlos
como uno de los mayores logros de esta fuerza política.
En el Capítulo destinado al
Sistema Nacional Integrado de Salud del Congreso Ideológico Wilson Ferreira
Aldunate, los panelistas dejaron en evidencia algunos fracasos de esta
iniciativa y pese al intento permanente de defenderla por parte de los
defensores de lo indefendible resulta tremendamente difícil encontrar esos
logros.
Miranda le planteó a Vázquez que quería prestarle "especial
atención" al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) porque si bien
"tiene defectos" es una de las políticas "más importantes"
de los gobiernos de izquierda.
Ante una afirmación de esta
magnitud y naturaleza mi viejo hubiera exclamado, sin lugar a dudas, aquello de
“cómo será la cañada cuando el gato pasa al trote”. Porque si este simulacro de
reforma, repleto de “pompitas de jabón”, es una de las políticas más
importantes ¿cómo será el resto?
Con la brillantez que los
caracteriza y con esa obsesión de tratar de tapar el sol con un dedo, parece
que la segunda fase prevista cuenta con un par de proyectos:
Uno de los proyectos establece que los directores de los hospitales
deben ser designados por concurso y en base a las propuestas de gestión que
presenten. El ministro de Salud Pública, Jorge Basso, dijo hace algunas semanas
que su cartera quiere profesionalizar la gestión pública y si bien el posgrado
en administración no será un requisito excluyente, sí se evaluarán los méritos
y antecedentes de las personas que se presenten a concurso.
Yo dirigí servicios de salud sin
el postgrado terminado, pero lo hice a fines de los 80, cuando el catedrático de
la especialidad sostenía que para conducir un servicio de salud había que “pararse en el pescante y observar cómo
venía la mano para poder tomar las mejores decisiones”. Hoy debería ser una
exigencia indiscutible la formación académica, en la que las maestrías y los
doctorados son cada vez más necesarios. Las Ciencias Organizacionales se han
desarrollado de manera tal que ignorarlas es disonante con la voluntad de
optimizar la gestión de las organizaciones.
El otro proyecto que maneja el oficialismo busca "clarificar las
distintas interpretaciones" sobre conjunción del interés público y privado
en el manual de contratación pública (Tocaf). Tengo la sensación que el
tema es mucho más ético que reglamentario y que la mejor manera de resolverlo
es terminando con las mayorías parlamentarias que no han hecho otra cosa que
encubrir todas estas irregularidades.
Miranda agregó: "Ellos (por el Partido Nacional) son de la teoría
del sistema exclusivamente privado y el que no tiene (recursos) no llega.
Además, aseguró, existen intereses corporativos que están en juego.
Otro disparate más propio de
quien trata de tirar trompadas a diestra y siniestra sin siquiera analizar
hacia dónde van, como esos boxeadores
que se sienten acorralados y casi groguis y se les han acabado las
fuerzas.
Ignorar que en este país la
gente, en su enorme mayoría, sólo se asiste en los servicios de ASSE, porque no
tienen otra opción, es por lo menos tonto.
Desconocer la estrecha relación
entre el Sr. Presidente de la República y su hijo y la actividad asistencial
privada, es poco honesto.
Pero más allá de eso, plantear el
tema de la privatización de los servicios de salud del estado, como dogma del
Partido Nacional, es pecar de ignorante, porque para cualquier persona
medianamente informada de la realidad nacional y de su cultura en relación al
tema, debería entender que es absolutamente imposible optar entre esas dos
modalidades asistenciales, que hay muchas cosas para resolver que seguramente
las iremos planteando y que para empezar, si se pretende hacer cosas en serio
hay que focalizarse en reducir las inequidades existentes entre los usuarios de
los diferentes servicios, entre quienes viven en la capital y los que viven en
el interior, entre quienes viven en las capitales departamentales y quienes lo
hacen en las poblaciones más alejadas.
Hay que racionalizar el gasto,
impulsando las coordinaciones interinstitucionales entre los diferentes
servicios del estado, para mejorar su eficiencia y su eficacia.
Hay que investigar y desarrollar
la complementariedad entre los público y lo privado, para optimizar las
inversiones, hacerlas llegar a quienes no pueden acceder a muchos servicios
concentrados en Montevideo.
Uno no sabe que es peor, si la
ignorancia del tema o la improvisación que lo bastardea.