jueves, 27 de octubre de 2016

El Comité de Obstáculos o La Máquina de Impedir


Hoy fue publicada esta columna en La Democracia.

La quiero compàrtir con ustedes.

Hoy debía continuar con la serie vinculada al Hospital de Clínicas, pero la realidad de la atención pediátrica en Florida, las propuestas del Ministerio de Salud Pública y las reacciones surgidas, me distrajeron del compromiso asumido y me impulsaron a escribir sobre estos hechos.

La renuncia casi masiva, de los pediatras de la mutualista floridense, no hizo más que desnudar una vez más una realidad que golpea los ojos desde hace muchísimos años.
El primer nivel de asistencia y las emergencias son, de los subsistemas asistenciales, quizás los más deficitarios y su situación impacta directamente sobre la calidad de la atención.
En ambos es notoria la superposición de recursos, públicos y privados, que coinciden con altos niveles de ineficiencia a la hora de prestar la más adecuada asistencia.
Un claro ejemplo de ello fue la muy mala atención prestada a la parturienta de Paso de los Toros, que culminó con su fallecimiento por fallas en la cobertura del parto, por parte de los especialistas necesarios, cuando a pocas cuadras existía una guardia de esa especialidad en la mutualista que utiliza los servicios del Centro Auxiliar de ASSE.

El Sr. Ministro de Salud Pública, como ningún otro, ha puesto el tema sobre la mesa. En áreas clave de la asistencia, cuando es posible y necesario, se debe de ir hacia la complementariedad entre los servicios prestadores de una misma población.
La instrumentación de esa complementariedad, que en muy buena medida se viene dando en diferentes áreas de la asistencia desde hace más de 30 años, debería instrumentarse en base a un objetivo central: mejorar la calidad de la asistencia y aprovechar la oportunidad para implementar los servicios de mejor calidad posibles, en lo técnico y en lo estructural.

Un elemento que a mi juicio debería ser tenido en cuenta es lo simbólico de cada institución. Nadie dudó que el mejor lugar en Tacuarembó para asistir al Dr. Jorge Batlle fuera el hospital. Pero eso se logró gracias a una tarea de largo aliento que permitió jerarquizar la calidad de los servicios de neurocirugía, que allí se prestan.

Con esto quiero decir que un cambio paradigmático de tal naturaleza no se debería procesar sin una planificación adecuada.

Hoy hay que resolver los problemas de cobertura. Mañana se debería comenzar a trabajar sobre una estrategia de complementariedad como la propuesta por Basso.

Mientras tanto, como no podía esperarse de otra manera, la Federación de Prestadores Médicos del Interior emitió un comunicado que señala que "no se deben proponer —y menos aceptar— acuerdos de complementación de servicios que ataquen la calidad de los servicios asistenciales, ni que se traduzcan en una pérdida de la eficiencia reclamada por el Poder Ejecutivo, en perjuicio de los usuarios y de la institución".


Durante el gobierno nacionalista se logró que las emergencias de ASSE fueran atendidas por médicos de la FEMI, mediante contratos  que fueron denunciado a poco de finalizar la administración de Luis Alberto Lacalle, porque conspiraban con el paradigma que diferenciaba la asistencia pública de la mutual o privada.

La declaración actual y la reacción anterior, claras expresiones de lo que alguna vez identifiqué como el “Comité de Obstáculos” y Luis Alberto Lacalle rebautizó como “la Máquina de Impedir”