Sr.
Director.
Una vez más, esta pareja tan particular que nos tocó como
gobernantes, nos asombra con su novedoso enfoque de la problemática sanitaria
que afecta a nuestro país.
Nadie puede discutir la sobre oferta de profesionales
médicos que tiene Uruguay. Nadie puede discutir la pésima distribución que hay
de ese recurso humano, existiendo numerosas variables que intervienen en esa
realidad.
Como toda relación libre, entre oferta y demanda, no se puede
resolver actuando sobre una de las partes.
Tenemos sobre oferta, pero la demanda se concentra en
Montevideo, ocupando la mayor parte de esos recursos y generando serias
dificultades para cubrir las necesidades que tiene el resto del país.
Más allá del impacto que pueda tener la pérdida de 15 o de 100
médicos, en un país donde sobran dichos profesionales, se me ocurre que, como
en todos los casos, esta situación da para analizar el por qué se produce.
En primer lugar habría que preguntarse por qué hay
profesionales que prefieren emigrar, con todo lo que ello significa, para ir a
trabajar a lugares que quizás sean mucho peores que los peores lugares donde
podrían radicarse en nuestro país.
Yo diría que una oferta de U$S 4000 por mes, con residencia
y quizás algo más, en lugares donde seguramente no existe ni siquiera la oportunidad
material para gastar ese dinero, para médicos a los que no se les exige ningún
tipo de especialización, da para pensar, porque en nuestro país no debe de
existir posibilidad alguna de que algo así pueda surgir.
Ésto es como el caso de las misiones de paz, para el
personal del ejército, única oportunidad que tienen para aumentar
considerablemente sus ingresos e inclusive acceder a bienes que de otra manera
sería imposible acceder. Claro está que conllevan un sacrificio muy importante,
por el tiempo separado de su familia y por los riesgos que esa actividad
implica.
Pero si el país no da ese tipo de oportunidades, si se ha
optado por golpear incesantemente a la clase media, no nos podemos asombrar ni
molestar porque ello suceda.
Lo segundo que esta corriente migratoria de médicos, debería
hacernos ver es la carencia, en el sector de la salud, de una estrategia clara
en materia de Política de Recursos Humanos.
No existe, una información actualizada de cuál es la oferta
de médicos para el Uruguay. Los estudios realizados por distinguidos
profesionales, como R. Meerhoff en los 80 o Luis Lazarov, Julio C. Lorente y
Antonio L. Turnes en Diciembre del 2002., han mostrado con claridad que el
problema no está en la oferta, sino en la distribución de la demanda.
Sin lugar a dudas, siendo que el estado está invirtiendo en
la formación de recursos humanos que no necesita, lo primero que debería
hacerse es definir con claridad, qué dotación de médicos queremos tener.
Para ello deberíamos definir qué estructura de servicios
necesita nuestro país y cómo se debería componer dicha estructura.
Dicha estructura de servicios ¿va a depender de la
estructura que el subsector privado defina o será el subsector público el que
la defina? ¿Será una suma de ambos o será el producto de una necesaria
complementación de sinergias para cubrir integralmente las demandas
asistenciales en los diferentes puntos del país?
Para ejemplificar propongo analizar lo sucedido en la ciudad
de Paso de los Toros que, con los costos de vida que ha tenido, debe servirnos
para ilustrar nuestro análisis y tratar de hallar soluciones.
¿En la ciudad de Paso de los Toros, debemos pensar que se
requieren 2 equipos médicos simultáneos para atender el Programa Materno
Infantil local, cuando hay una sola planta física, para asistir los partos?
¿Alguien
está pensando que deberían haber 2 plantas físicas a pocas cuadras de distancia?
O sería mejor pensar que es imprescindible que TODAS las instituciones que
tienen población beneficiaria de sus diferentes servicios, se sienten a
instrumentar una complementación que le permita a esa ciudad tener una
maternidad del mejor nivel posible, a la que puedan acceder todas las embarazadas
que lo necesiten
De igual forma entiendo que deberían resolverse las demás
carencias asistenciales existentes en el país, incluyendo las ciudades de
frontera.
Una vez definida la estructura asistencial que queremos,
vamos a tener claro, cuántos médicos precisamos, de qué especialidades y dónde
deberían radicarse dichos médicos.
A continuación se debería establecer una estrategia para su
reclutamiento, en la que los recursos económicos son muy importantes, pero
también deberían crearse condiciones laborales y posibilidades de capacitación
y desarrollo que motiven a los interesados a participar en la propuesta.
Los riesgos de la globalización y de la integración regional
en materia de la gestión de RRHH, implica la profesionalización de esta tarea y
la aplicación de todas las herramientas que contribuyan a su mejor
administración.
Claro está, para hacer ésto se debe tener, entre otras
cosas, un Ministerio que en lugar de
actuar a lo “cubano” busque, con inteligencia, razones para que los
profesionales quieran formar parte del cambio.