¿Habrá alguien que esté en contra
de esta iniciativa? Son tantas las variables a tener en cuenta, que colegas
como Tabaré deberían saberlo y no deberían ilusionar a la población sin aclarar
las dificultades que existen para su concreción.
Me parece imposible hallar a
alguien que discrepe con la propuesta. Teóricamente integra la solución a numerosos
reclamos de muchos uruguayos que viven al norte del Río Negro. Descentraliza la
alta tecnología de un nivel importante de complejidad. Acorta algunos tiempos
para acceder al tratamiento. Reduce las distancias a recorrer por pacientes y
familiares, entre otras virtudes.
La propuesta también genera
enormes expectativas que pueden convertirse en frustración, si se hiciera lo
mismo que ha hecho esta fuerza política que recién ahora da este paso, para
decir que hay que resolver algo que está en carpeta desde hace 8 años, por lo
menos.
Por otra parte cuando se habla de
estos servicios tampoco se aclara el nivel de complejidad que se suponen van a
desarrollar.
Nada tiene que ver el IMAE de
Salto con la potencialidad del de Tacuarembó. La diferencia radica en que este
último aspira a realizar cirugías cardíacas que Salto no puede realizar y para
lo que Tacuarembó ya dispone de la tecnología adecuada que se incorporó con la
neurocirugía.
Esto muestra a su vez otro tema.
Para la solución de las emergencias cardiológicas, hay procedimientos no
quirúrgicos que se podrían resolver en centros como el de Salto.
Si se pensara en soluciones
regionales descentralizadas, estarían careciendo de una alternativa asistencial
los uruguayos que viven en el eje de la ruta 8, en ciudades como Melo o Treinta
y Tres. Teóricamente para eso se debería
impulsar y concretar otro IMAE del mismo nivel resolutivo del de Salto en el
Este del territorio.
3 IMAEs cardiológicos, en el
Norte del Río Negro, tendrían un impacto negativo en las finanzas de los
centros montevideanos y quizás no tengan una demanda suficiente como para su
sustentabilidad.
¿Cómo se financiarían, una vez
instalados? ¿Quién se haría cargo del déficit?
¿Alcanzaría con esas consideraciones?
No
Habría que definir y disponer de
los medios de traslado necesarios (terrestres y aéreos) para facilitar el
traslado de los pacientes desde otras áreas de la región a los diferentes
centros y también entre los propios centros. No se debe ignorar que se trata de
verdaderas emergencias cuya evolución muchas veces depende de la rapidez en el
tratamiento adecuado. Sería necesario definir con claridad Sistemas
Departamentales de Emergencias que incluyeran estas emergencias en su cobertura
¿Con eso alcanzaría? No
Habría que disponer de medios de
transporte colectivos que unan las ciudades y pueblos de la región con los
centros de referencia, para facilitarles a los familiares el traslado durante el
tiempo que dure la internación.
Tampoco sería suficiente con eso.
Es necesario generar protocolos
que permitan que se cumplan determinados procesos que son necesarios para logar
el éxito.
Resueltos todos estos obstáculos,
aparece el más importante de todos. Los recursos humanos. Es el más complejo.
¿Se sabe cuántos recursos de cada
tipo (médicos cirujanos, hemodinamista, enfermeros, etc) se precisan?
¿Será necesario seguir formando
médicos, en un país que tiene 3 veces más médicos que los que había hace unos
años, con la misma población o habrá que pensar en tomar algunas medidas para
hacer más atractivas algunas especialidades?
¿Quién se hará cargo del pago de
esos salarios? ¿Es necesario que se
radiquen en estos lugares o lo harán viajando para hacer guardias? ¿Qué va a
pasar con el personal de los IMAE de Montevideo que se quedarán sin trabajo
cuando parte de la demanda del interior se resuelva localmente?
Como si todo ésto fuera poco,
también es necesario pensar que un plan de descentralización y regionalización
de la alta tecnología, no debería ser el producto de reclamos locales ni de
impulsos políticos proselitistas, ni la respuesta de presiones empresariales
tan frecuentes en la salud.
Debería formar parte de una
Política de Estado que atendiera las necesidades del Uruguay del siglo 21
Son tantas las variables a tener
en cuenta, que colegas como Tabaré Vázquez deberían saberlo y no deberían
ilusionar a la población sin aclarar las dificultades que existen para su concreción.
Lo hecho parece indicar que se
trató de una jugada más, netamente política, que compromete al gobierno
entrante y que intenta quedar en la memoria colectiva como participante de
logros que no se merecen.