miércoles, 15 de enero de 2020

El IMAE cardiológico en Tacuarembó


¿Habrá alguien que esté en contra de esta iniciativa? Son tantas las variables a tener en cuenta, que colegas como Tabaré deberían saberlo y no deberían ilusionar a la población sin aclarar las dificultades que existen para su concreción.

Me parece imposible hallar a alguien que discrepe con la propuesta. Teóricamente integra la solución a numerosos reclamos de muchos uruguayos que viven al norte del Río Negro. Descentraliza la alta tecnología de un nivel importante de complejidad. Acorta algunos tiempos para acceder al tratamiento. Reduce las distancias a recorrer por pacientes y familiares, entre otras virtudes.

La propuesta también genera enormes expectativas que pueden convertirse en frustración, si se hiciera lo mismo que ha hecho esta fuerza política que recién ahora da este paso, para decir que hay que resolver algo que está en carpeta desde hace 8 años, por lo menos.

Por otra parte cuando se habla de estos servicios tampoco se aclara el nivel de complejidad que se suponen van a desarrollar.
Nada tiene que ver el IMAE de Salto con la potencialidad del de Tacuarembó. La diferencia radica en que este último aspira a realizar cirugías cardíacas que Salto no puede realizar y para lo que Tacuarembó ya dispone de la tecnología adecuada que se incorporó con la neurocirugía.

Esto muestra a su vez otro tema. 
Para la solución de las emergencias cardiológicas, hay procedimientos no quirúrgicos que se podrían resolver en centros como el de Salto.  
Si se pensara en soluciones regionales descentralizadas, estarían careciendo de una alternativa asistencial los uruguayos que viven en el eje de la ruta 8, en ciudades como Melo o Treinta y Tres. Teóricamente para eso se debería impulsar y concretar otro IMAE del mismo nivel resolutivo del de Salto en el Este del territorio.
3 IMAEs cardiológicos, en el Norte del Río Negro, tendrían un impacto negativo en las finanzas de los centros montevideanos y quizás no tengan una demanda suficiente como para su sustentabilidad.
¿Cómo se financiarían, una vez instalados? ¿Quién se haría cargo del déficit?

¿Alcanzaría con esas consideraciones? No
Habría que definir y disponer de los medios de traslado necesarios (terrestres y aéreos) para facilitar el traslado de los pacientes desde otras áreas de la región a los diferentes centros y también entre los propios centros. No se debe ignorar que se trata de verdaderas emergencias cuya evolución muchas veces depende de la rapidez en el tratamiento adecuado. Sería necesario definir con claridad Sistemas Departamentales de Emergencias que incluyeran estas emergencias en su cobertura

¿Con eso alcanzaría? No
Habría que disponer de medios de transporte colectivos que unan las ciudades y pueblos de la región con los centros de referencia, para facilitarles a los familiares el traslado durante el tiempo que dure la internación.

Tampoco sería suficiente con eso.
Es necesario generar protocolos que permitan que se cumplan determinados procesos que son necesarios para logar el éxito.

Resueltos todos estos obstáculos, aparece el más importante de todos. Los recursos humanos. Es el más complejo.
¿Se sabe cuántos recursos de cada tipo (médicos cirujanos, hemodinamista, enfermeros, etc) se precisan?
¿Será necesario seguir formando médicos, en un país que tiene 3 veces más médicos que los que había hace unos años, con la misma población o habrá que pensar en tomar algunas medidas para hacer más atractivas algunas especialidades? 
¿Quién se hará cargo del pago de esos salarios?  ¿Es necesario que se radiquen en estos lugares o lo harán viajando para hacer guardias? ¿Qué va a pasar con el personal de los IMAE de Montevideo que se quedarán sin trabajo cuando parte de la demanda del interior se resuelva localmente?

Como si todo ésto fuera poco, también es necesario pensar que un plan de descentralización y regionalización de la alta tecnología, no debería ser el producto de reclamos locales ni de impulsos políticos proselitistas, ni la respuesta de presiones empresariales tan frecuentes en la salud.

Debería formar parte de una Política de Estado que atendiera las necesidades del Uruguay del  siglo 21

Son tantas las variables a tener en cuenta, que colegas como Tabaré Vázquez deberían saberlo y no deberían ilusionar a la población sin aclarar las dificultades que existen para su concreción.

Lo hecho parece indicar que se trató de una jugada más, netamente política, que compromete al gobierno entrante y que intenta quedar en la memoria colectiva como participante de logros que no se merecen.