jueves, 31 de diciembre de 2015

Mensaje del SMU a todos los médicos


https://www.youtube.com/watch?v=zbtegP_myfg

Comparto este enlace porque me parece importante, sobre todo por su vinculación con la medicina de calidad, sobre todo humana. 

martes, 29 de diciembre de 2015

El cierre del Sanatorio Canzani - Primera parte


El sanatorio Canzani, al igual que el sanatorio Pacheco, en la calle Agraciada, fueron sanatorios privados que, a mitad del siglo pasado, pasaron a convertirse en las dos unidades de internación del Consejo Central de Asignaciones Familiares originalmente y de la Dirección General de la Seguridad Social, cuando ésta fue creada absorbiendo a organismos vinculados a la Seguridad Social, durante la última etapa de la dictadura.

Ambos sanatorios requerían inversiones importantes y las autoridades interventoras decidieron el cierre del Sanatorio Pacheco, contratando servicios privados para atender la demanda.
Se decidió recuperar el sanatorio Canzani, convirtiéndolo en la Unidad de Perinatología. Esta especialidad fue impulsada desde el Centro Latino Americano de Perinatología (CLAP/OPS), que revolucionó la asistencia perinatal del momento

Para quienes trabajábamos en los Centros Materno Infantiles de Asignaciones Familiares, era habitual comprobar errores asistenciales, en pacientes que padecían  patologías severas que ponían en riesgo el embarazo y sus vidas.

Desde nuestros puestos de trabajo logramos que se creara una Comisión para atender la problemática del Alto Riesgo Materno Infantil.

Dicha comisión, que integramos, logró formular un Programa de Alto Riesgo, que pautaba las conductas a seguir según la detección de aquellas patologías que implicaban un mayor riesgo para la embarazada. El cuerpo técnico sabía con precisión que cuando se evidenciaba determinado factor de riesgo, la paciente debía ser derivada a la policlínica de Alto Riesgo, donde se definían las condiciones de su seguimiento. El Canzani era el centro asistencial al que se debía derivar para la atención de su parto. Este programa involucraba a embarazadas de Montevideo y del interior.

Quienes cursaban un embarazo normal eran asistidas en otros centros privados.

El Profesor Mañe Garzón, responsable del Departamento de Pediatría impuso, entre otras cosas, la auditoría de las Historias Clínicas de los embarazos culminados en muerte fetal, para comprobar si se habían cumplido las pautas asistenciales definidas para ese embarazo. Se trataba de una suerte de Auditoría interna que permitía prevenir futuros errores.

Fue en el Canzani donde fundamos el Servicio de Ecografía obstétrica, incorporando ese estudio como rutina al momento de la captación, siendo pioneros en el sistema público y privado. Eso permitía saber con exactitud el tiempo de gestación y las características iniciales de ese embrión. También permitía darle seguimiento a esa gestación y conocer otros factores de riesgo, que de otra manera eran muy difíciles de detectar.

Los avances generados en el Laboratorio del Canzani, permitieron prevenir y tratar precozmente muchas enfermedades, contribuyendo al abatimiento de las tasas de mortalidad infantil.

Al mismo tiempo, el Área de la Salud, tenía un departamento especializado en la atención de las malformaciones congénitas, con especialistas de gran categoría que generaron historia en tratamientos tales como “labios leporinos”, al alcanzar un volumen tal de tratamientos concentrados en un solo lugar que eran referencia en el mundo de la medicina.
Muy pocas especialidades se resolvían fuera del Canzani.

Tampoco se debería olvidar el Programa de seguimiento de Prematuros y Recién Nacidos en Riesgo, que cuando nacía un niño en esa situación era seguido en domicilio por un equipo especializado.

Todo ésto muestra que aún en dictadura, el Canzani desarrolló sus servicios obstétricos y pediátricos, logrando altos niveles de calidad, pese a su vieja planta física.

martes, 15 de diciembre de 2015

La mala praxis y la Protocolización de los actos médicos.


Cuando a alguien le diagnostican la existencia de 3 tumores malignos, recibe un golpe tan duro como inesperado. 
Puede caer abatido ante la magnitud de la noticia o reaccionar buscando las formas de enfrentarlos.
Cuando hace esta segunda opción, pretende que la ciencia y la tecnología se pongan de su lado para ayudarlo a lograr ese objetivo, en el que sin dudas le va la vida.

Debe someterse a tratamientos, unas veces invasivos y otras no, pero en general difíciles de sobrellevar.

Sólo quienes lo pasan saben los costos que esta batalla tiene para el paciente. Es el momento para enfrentarse ineludiblemente con una realidad asistencial que presenta innumerables momentos de NO CALIDAD, propios de una cultura en la que frecuentemente el foco está en cualquier lado menos en el paciente.

La secuencia de intervenciones genera un desgaste físico y síquico del que se demora tiempo en recuperarse.

En estos casos se sabe que la posibilidad de volver a enfrentarse con el enemigo está siempre presente y que la única alternativa es estar siempre alerta y tratar de no dejarlo avanzar sin saber de su presencia. Se debe tratar de diagnosticarlo, lo más precozmente posible. Para ello los controles frecuentes por parte de los especialistas son indispensables.

Lo complicado resulta, cuando después de 5 meses de pensar que los 3 tumores habían sido extirpados, el paciente se encuentra, por uno de los estudios de control, que lamentablemente uno de ellos aún está en el mismo lugar y no había sido incluido en la cirugía realizada.

En este juego que es la vida, debe retroceder varios casilleros y volver a empezar. Prepararse nuevamente para enfrentar ineludiblemente los malos momentos ya pasados, tratando de hacer de la experiencia una fuente de inspiración para evitar lo evitable y juntando toda la capacidad personal, con el apoyo familiar, para volver a superarlos.

Es muy claro que si el paciente no hubiera sido alguien conocedor del tema, si no hubiera tenido la maldita obsesión de fotocopiar cada una de las páginas de la Historia Clínica y cada uno de los informes, le hubieran dicho que infelizmente había recidivado el carcinoma y que se trataba de una lesión nueva, cuando es la misma que fue diagnosticada hace 6 meses.

Como en toda actividad humana, la posibilidad de cometer un error siempre está presente y su presencia no debería ser una barrera para que se hicieran las cosas de la mejor manera posible.
En la enorme mayoría de los casos los errores se resuelven con más trabajo, con más dinero, con más atención.

El tema es cuando los errores se cometen en un área tan sensible como el de la salud, porque sus consecuencias pueden ser fatales o dejar secuelas con las que alguien debe continuar su vida.
En este caso estamos, sin lugar a dudas, frente a lo que se llama “mala praxis”, que indiscutiblemente tiene métodos para evitarse. Me refiero concretamente a la protocolización de los actos médicos.

Hace más de 30 años se resolvió, en la entonces Dirección General de la Seguridad Social, implementar protocolos de atención para embarazadas y recién nacidos, creando el Programa de Alto Riesgo, en el que se definían los factores de riesgo que hacían prever complicaciones durante el curso de la gestación o durante los primeros meses de vida. Cada vez que aparecía un factor de riesgo, estaban definidos los procedimientos a seguir, tratando que su cumplimiento mejorara los resultados sanitarios de las beneficiarias del Servicio y de sus hijos. Así fue.
Es muy probable que la embarazada de Paso de los Toros, fallecida por mala praxis, se hubiera beneficiado de estos protocolos y su muerte podría haberse evitado.

Cuando se habla de CALIDAD en los Servicios de Salud, la implantación de sus normas implica la protocolización de todos los actos vinculados a la ejecución de los servicios.

Creo que debería ser un aporte valiosísimo de las Sociedades Científicas, definir con claridad esos protocolos de intervención, tratando de que no quede nada librado al azar o a la decisión personal del técnico actuante. 

Puede haber alternativas, pero cada una de ellas debe tener un protocolo definido.

No se puede diagnosticar un tumor, por ejemplo, sin marcarlo adecuadamente para que quien deba extirparlo sepa exactamente donde está y tenga la seguridad de haberlo extirpado.

No se puede ejecutar determinada técnica si no se cuenta con todo el equipamiento necesario para realizarla en las mejores condiciones.

En fin si reducimos los riesgos evitaremos, en muy buena medida, la mala praxis y los resultados serán mucho mejores.

Profesionales, técnicos e instituciones son responsables por las consecuencias de una mala praxis y todos, sin exclusiones y sin trasladar la responsabilidad a terceros, deben involucrarse seriamente para que estos hechos sucedan cada vez menos.

jueves, 26 de noviembre de 2015

El accidente de José Carlos Cardoso y las emergencias


http://lademocracia.info/?p=2803#more-2803


El accidente de José Carlos Cardoso nos trajo a la memoria otro accidente ocurrido hace más de 30 años, por el que falleció el Diputado Rossi.

30 años y seguimos padeciendo de los mismos males.

¿No habrá que abandonar los titulares y solucionar lo que sigue sin solución?

viernes, 13 de noviembre de 2015

Los Anestésicos Quirúrgicos


 Desde que tengo memoria como integrante de los cuadros de la salud, las actividades anestésicos quirúrgicas han logrado tratamientos diferentes al resto de los actos médicos.

Cuando fui practicante, era muy difícil integrar los equipos dedicados a realizar ayudantías quirúrgicas y más allá del sacrificio que las urgencias en cualquier horario imponían, era muy buena la paga que se lograba. Todos nos beneficiábamos del cobro a destajo (cuanto más participábamos, más cobrábamos).

Cuando superé esa etapa, veía cómo los obstetras ganaban fortunas (cuando eran buenos) cobrando la disponibilidad frente al parto, pese a que el multiempleo a veces impedía que pudieran atender a todas las parturientas con la misma dedicación. De todas maneras si llegaban a atender el parto, cobraban el “parto a elección”, hubieran estado o no durante el trabajo de parto.

Siempre me cuestioné el impacto negativo que sobre los recién nacidos podían tener las demoras que muchas veces se generaban.

Algunos intentos de maternidades únicas fracasaron y seguramente debieron existir, entre otras, razones económicas que lo impidieran. En ellas se podría haber concentrado la tecnología que asegurara un control adecuado del feto, durante el proceso del parto y se podría haber dotado de profesionales calificados integrando equipos con supervisores de mayor nivel, que aseguraran la mejor asistencia.

Seguramente los ingresos de quienes lucraban con la necesidad de la parturienta de tener una buena asistencia se hubieran reducido sensiblemente.
Las dificultades culturales imperantes en las organizaciones asistenciales, seguramente fueron un obstáculo relevante a la hora de intentar complementar y desarrollar en forma conjunta y coordinada servicios altamente especializados.

En países del primer mundo, la asistencia obstétrica está en manos de parteras que contratan médicos para atender las complicaciones. Los partos se hacen, muchas veces, en el domicilio de la embarazada y en condiciones absolutamente naturales.
Alemanas, trabajando en el exterior, contratan parteras alemanas y a su equipo, para tener sus hijos en sus casas.
¿Estaremos tan lejos de eso?

Más adelante ya como administrador de servicios de salud, debí enfrentar conflictos con los anestesistas y los cirujanos.
Siempre llamó la atención el número reducido de algunos especialistas, que por otra parte ejercían la totalidad de los cargos disponibles, formando equipos que cubrían la totalidad de la demanda.
Nunca hubo explicaciones sobre las razones de tan poca oferta de especialistas. ¿Serían las cátedras las responsables de esa escasez de cupos?

Un ejemplo de las implicaciones que esas situaciones han tenido, fue el capítulo de las cirugías oftalmológicas.
Más allá de las discrepancias con los acuerdos ocultos con el gobierno de Cuba, con las condiciones de trabajo de los oftalmólogos cubanos, con la falta de revalidación de los títulos, quedó de manifiesto que el Estado pudo forzar una solución que el gremio de la especialidad tenía bloqueado.

Por otra parte las actividades médicas no invasivas, han sido tradicionalmente mal pagas, salvo aquellas vinculadas a algunas técnicas de diagnóstico y las orientadas a la administración de las organizaciones de salud, que en algunos casos se han beneficiado de lo primero para situarse en la cima de la pirámide de las organizaciones y cobrar suculentos salarios.

El tema no pasa por confrontar los ingresos de unos y otros. Entiendo que se trata de analizar las condiciones en que se logran tales ingresos. Si se logran mediante medios que no pongan a la satisfacción de las necesidades de los pacientes en el foco, sin lugar a dudas hay que revisar la situación.

No debe de ser tan difícil encontrar mecanismos que respeten los ingresos actuales, mediante escalafones transitorios que los contemplen, previendo un cambio hacia el futuro para que estas situaciones no se repitan.

Hoy estamos enfrentados a un  conflicto entre unos y otros, donde los pacientes quedan de lado y lo que destaca son los aspectos económicos.

¿No será el momento que los que pergeñaron y han utilizado la reforma de la salud, como un gran logro, aborden el tema organizacional que divide a sus RRHH y ordene el trabajo médico mediante escalafones por especialidad, remunerando por méritos, formación, actualización, resultados y no por capacidad de presionar al poder?



viernes, 30 de octubre de 2015

Dr. Álvaro Juan Berrutti Bonilla


Este blog fue creado para compartir opiniones sobre los servicios de salud.
El Dr. Álvaro Berrutti fue un actor trascendente en esta temática y un gran amigo. Me pareció pertinente dedicarle esta publicación. 


Ayer, casi un mes después, recibí la noticia del fallecimiento del “Flaco Berrutti”. 
Pocos días antes de su partida me llamó y me contó alguna de sus severas dolencias. Seguramente y a su manera, fue su despedida.

Con Álvaro, pese a haber coincidido en tiempos universitarios, nos vinculamos más estrechamente, cuando compartimos tiempos de gestión en el MSP. Yo ejercía la dirección del Viladebó y él la sub dirección del Musto.

Decisiones políticas del momento hicieron que Álvaro fuera desplazado del cargo y destinado a una suerte de exilio dentro del Ministerio.
Coincidió con el tiempo en el que asumí la Dirección General de ASSE, sin ninguna estructura, porque se estaba creando el organismo. Al saber de su situación y sabiendo su filiación colorada, solicité se le asignara a mi secretaría y se convirtió inmediatamente en un valiosísimo colaborador.

Fue el inicio de una excelente amistad que duró hasta el final.

Álvaro, junto a Julio Macedo, también fallecido y a Álvaro Vero fueron los únicos en extender sus manos cuando me precipité en la peor crisis laboral de mi vida profesional. Algún otro amigo estuvo siempre cerca, pero ellos fueron los que desde sus puestos me ofrecieron espacios de participación y aporte profesional.

Álvaro fue un ser extraordinario, muy inteligente, distinguido por el SMU por su trayectoria profesional y gremial, pero por sobre todo fue un ser tremendamente generoso, fraterno, leal, solidario, siempre preocupado por el bienestar de los demás.

Haberlo conocido y haber disfrutado de su amistad, forma parte del cúmulo de privilegios que esta vida me ha regalado.

Para quienes creemos que las coincidencias no existen, que haber coincidido en esta vida no fue casualidad, que nuestras almas transitan juntas la eternidad, la alegría de pensar que seguramente debe estar siguiéndonos, en paz, como tantas otras que ya no están con nosotros.

Hasta siempre amigo.

jueves, 29 de octubre de 2015

La indigencia sanitaria


Hace muchos años, en oportunidad de una visita a EEUU, pude comprobar el contrasentido existente en aquél país, entre el poderío económico y la realidad asistencial de una parte de su población. Los hospitales cerraban sus servicios de emergencia, para impedir el ingreso de personas que no tenían cobertura de seguros médicos.
La ex Primera Dama y hoy precandidata, Hillary Clinton, ha insistido mucho sobre la reforma de la salud y tengo entendido que aún no se ha logrado una cobertura universal como la que el Uruguay ha tenido desde hace muchísimos años.
Por otra parte, países como Cuba, pese a todas las limitaciones que su población sufre, ha logrado un desarrollo del sistema sanitario, que asegura la accesibilidad, a propios y extranjeros, a servicios de la mejor calidad.
No viene al caso analizar esas contradicciones.

Lo que sí quiero analizar son realidades que ponen al descubierto verdaderas inequidades, que sufren nuestros conciudadanos, que en algunos casos resultan extremas y que configuran, a mi juicio, verdaderas muestras de indigencia sanitaria...

Me refiero particularmente a lo que ha quedado en evidencia estos últimos tiempos, relacionado a situaciones de absoluta inaccesibilidad geográfica de algunas poblaciones de nuestro país. Los cambios climáticos, sobre todo el aumento de las precipitaciones, han puesto al descubierto la realidad de algunos parajes que, cuando crece alguna cañada o cauce de agua, quedan literalmente aislados, provocando en sus pobladores la resignación de que, frente a un quebranto de salud grave, lo único que pueden esperar es la muerte. El departamento de Cerro Largo tuvo un muerto por esta causa, hace poco tiempo.

Debo confesar que para alguien que ha dedicado buena parte de su vida y de su profesión a buscar soluciones para mejorar la asistencia, esto resulta inadmisible. Inadmisible porque al igual que lo que pasa con la educación o con la seguridad o con el tránsito, entiendo que se trata de problemas que tienen solución.

Lo primero que habría que asegurar es una atención básica, cuando se producen situaciones que los aíslen del resto del sistema.

¿Deberíamos radicar un médico en cada localidad, por más pequeña que sea? No, de ninguna manera.

Hoy las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s) (conjunto de servicios, redes, software y aparatos que tienen como fin la mejora de la calidad de vida de las personas dentro de un entorno) son un aporte indiscutible para superar estas inequidades.

Hoy un médico, en una localidad como Tambores, recibe un paciente con sintomatología sugestiva de infarto de miocardio y con su notebook dispone de todas las maniobras sugeridas para el mejor tratamiento, mientras coordina su traslado a un centro hospitalario cercano.

Al mismo tiempo, se debe pensar en qué recursos humanos existen disponibles en todos los rincones del país, para analizar su eventual inclusión en una estrategia asistencial que le asegure a la gente mejores condiciones de vida y de sobrevida.

Cuando ocupé la Dirección General de ASSE, impulsé el aprovechamiento de los policías rurales para cubrir la necesidad de disponer de enfermeros radicados, en forma permanente, en esas localidades.

El resultado fue muy bueno y hoy podríamos pensar en subir la apuesta y tratar de convertirlos en paramédicos, que sepan realizar las maniobras básicas de reanimación, frente a una crisis de salud, apoyados a distancia por médicos dispuestos en lugares estratégicos, a través de las TIC´s

Esa medida tendría numerosos impactos.
Por pequeña que sea la población, siempre hay un destacamento policial. En ese destacamento existen, radicados en la localidad, policías rurales que no son más que los “milicos” del pueblo.
Capacitarlos en estas maniobras permitirían, revalorizar su imagen, mejorar su remuneración y realizar un aporte insustituible a la comunidad a la que pertenecen.

Por último se debería integrar a la Fuerza Aérea para que, con los recursos necesarios, asegurara el traslado de aquellos que así lo requirieran.

En mi opinión, éste sería el sub sistema básico de cobertura local de las emergencias sanitarias, más alejadas de los centros asistenciales, que permitiría revolucionar la asistencia de tales situaciones y eliminar parte de las inequidades existentes.

jueves, 15 de octubre de 2015

Lo asistencial y lo custodial


Últimamente las agresiones de funcionarios de la salud, por parte de personas privadas de su libertad, que han requerido atención médica, se están repitiendo en los informativos.
El Sr. Ministro del Interior y la Sra. Presidenta de ASSE comparecieron ante el Parlamento para explicar lo sucedido y exponer las soluciones previstas para que no se repitieran situaciones similares.
Cabe aclarar que no se trata de un problema nuevo, sino de un tema pendiente que se arrastra, en la mayoría de los casos, desde el cierre del penal de Punta Carretas.
En ese establecimiento existía un hospital penitenciario, donde lo custodial estaba en manos del personal carcelario y lo asistencial era aportado por personal contratado por el Ministerio del Interior.
La apertura del COMCAR, sin ese servicio imprescindible, trajo estos problemas que hoy parecen haber tomado mayor estado público.
Según declaró el Ministro Bonomi, se estaría construyendo un nuevo hospital penitenciario.
Por su parte otro componente de la misma problemática es el que se vincula a las medidas cautelares con los pacientes psiquiátricos.
Existen dos situaciones legalmente diferentes en función de la imputabilidad o no imputabilidad de los pacientes privados de libertad:
Hay pacientes que, por haber cometido delitos en el marco de alguna patología psiquiátrica, deben ser privados de su libertad y al mismo tiempo asistidos por su patología. Esos pacientes ocupan la tristemente famosa sala 11 del Vilardebó y su símil en las Colonias. Teóricamente no pueden ser recluidos en servicios penitenciarios.
Por otra parte existen personas privadas de su libertad que presentan una patología psiquiátrica ulterior a su reclusión y que deben ser asistidos mientras cumplen su condena.
Cuando el retorno a la democracia, existía en el Vilardebó otra sala (la 11bis) en la que los reclusos (imputables) eran internados por problemas siquiátricos. Esa sala era custodiada por personal de Institutos Penales y dependía administrativamente de ese organismo.
Problemas generados por algunos pacientes inimputables de la sala 11, (motines y fugas), cuando yo dirigía ese hospital, hicieron que un juez penal decidiera su internación en la sala 11bis, en virtud de las mayores garantías de seguridad que ofrecía dicha sala. Esta decisión determinó el abandono de ese servicio por parte del personal penitenciario, idóneo en esa tarea, por entender que era incompatible la internación de pacientes inimputables en un Servicio Penitenciario. Seguramente fue la responsable de que hoy imputables e inimputables se internen en la sala 11 del Vilardebó, dependiente de la Dirección de dicho hospital.
La teoría dice que las organizaciones deben dedicarse a lo que están preparadas y especializadas y deben dejar de lado o tercerizar otras funciones para las que no lo están.
En este caso lo esencial es lo custodial, resuelto por el juez competente que entiende que más allá de la patología psiquiátrica y de la responsabilidad frente al delito, las personas deben estar bajo custodia del Estado.
Lo accesorio es lo asistencial que puede ser contratado o aportado por otras organizaciones especializadas.
Por esto es que me preocupa haber sentido al Ministro decir que se iba a reacondicionar la sala 11 del Vilardebó para internar estas personas.
El Vilardebó debe ser liberado de eshttp://lademocracia.info/?p=2560http://lademocracia.info/?p=2560a responsabilidad y adecuada su planta física para convertirlo en un Servicio de Internación público privado, como lo era cuando yo estudiaba Medicina.
La internación de los pacientes psiquiátricos imputables e inimputables debe ser resuelta en otra planta física donde lo custodial sea lo esencial y esté bajo la responsabilidad de personal especializado y lo asistencial sea contratado por el mismo servicio o aportado por otro organismo que se ajuste a las disposiciones que garanticen la seguridad de pacientes y funcionarios.
No sigamos tropezando con la misma piedra, diciendo que vamos a solucionar los problemas y dejando todo como está.

sábado, 10 de octubre de 2015

Santo y Seña y la realidad asistencial del país.



El miércoles 23 de setiembre el programa Santo y Seña puso al desnudo una realidad que hace mucho tiempo vengo denunciando. La reforma de la salud, tan exaltada por el partido gobernante, no ha sido más que un gran titular
La cobertura asistencial no ha sido más universal que lo que lo era antes de ella y la integralidad no ha avanzado más que en pequeños pasos, que no han tenido verdadero impacto

Dos componentes fundamentales, que hacen a la calidad de la asistencia, quedaron una vez más al descubierto.

1.      No se ha  logrado instrumentar un Sistema Nacional de Emergencias.

Existen numerosos lugares del país donde la gente sigue falleciendo por falta de asistencia adecuada. Mientras tanto, en muchos lugares, conviven más de un servicio de emergencia que se superponen, dejando vacíos  responsables de verdaderas omisiones asistenciales. Se vieron manifestaciones de gente que ante la pregunta de qué puede hacer si tiene una crisis de salud, respondió que sólo le quedaba morirse.
¿Es posible eso, en un país tan pequeño y sin accidentes geográficos de relevancia?
Lo más grave es que no solo se trata de lugares distantes, muchas veces aislados por cursos de agua desbordados por crecidas. Se comprueban carencias en capitales departamentales, donde la superposición es aún más grave.
Con los recursos existentes se podría avanzar muchísimo, considerando el tema sistémicamente.

2.      Es evidente la falta absoluta de una reforma profunda del Primer Nivel de Asistencia.

El país y la Universidad se han convencido que la Medicina Familiar y Comunitaria es la especialidad idónea para la atención de este nivel. Existe una cátedra liderada por uno de los primeros Médicos de Familia que ha tenido este país, con más de 20 años de experiencia.
Existen médicos rurales, formados con objetivos similares, con una vasta experiencia en la atención de poblaciones sin otra cobertura, que podrían ser capacitados y convertidos en modernos Médicos de Familia.
Existen recursos humanos, como los policías rurales, dispuestos a lo largo y a lo ancho de todo el país, que pueden ser capacitados en técnicas de reanimación y primeros auxilios. Ya se hizo cuando dirigí ASSE en 1988 y dio buenos resultados.
Existen recursos tecnológicos, como la Telemedicina que ya se ha experimentado con éxito en zonas del departamento de Cerro Largo.
Existe la posibilidad de realizar rondas sanitarias con equipamiento y especialistas, como se realizaban en el departamento de Tacuarembó hace casi 30 años. Los doctores Antonio Chiessa y Ciro Ferreira fueron responsables de su instrumentación.
Existe la participación simultánea del estado y del sector privado en todos los rincones del país.

¿Qué falta?
A mi juicio, en primer lugar, falta voluntad para hacer lo que hay que hacer y la gente necesita.
En segundo lugar falta sensibilidad para prestar atención a las necesidades angustiantes de la gente.
En tercer lugar da la sensación de que falta conocer la realidad nacional, embarrándose los zapatos, fuera de las campañas electorales, para llegar a conocerla en su integralidad.



jueves, 17 de septiembre de 2015

Presupuesto para la salud


Días pasados me consultaron acerca del presupuesto para la salud y respondí que no tenía información sobre el mismo.

De todas formas la pregunta disparó en mi, algunas reflexiones.

Siempre he sostenido que más allá de resolver problemas estructurales que tienen los servicios estatales, es absolutamente necesario definir con precisión qué se va a hacer con el Sistema Integrado de Salud y sus componentes.

¿Seguirá tan desintegrado como hasta ahora? ¿Seguiremos viendo con indiferencia cómo se superponen los servicios? ¿No haremos nada para evitar su superposición? ¿Seguiremos manteniendo el doble discurso que sostiene que hay que fortalecer los servicios estatales mientras la enorme mayoría de la población, que cuenta con los recursos necesarios, se pasa al sector mutual?

Alguna vez he sostenido que antes de darle más dinero al sector, hay que poner la casa en orden y de eso se trata esta publicación.

En primer lugar me parece imprescindible definir con claridad el rol de servicios como los de ASSE.
Para la mayoría de la población, los servicios hospitalarios son los que le tocan a los pobres. Por lo tanto a ellos se recurre, porque no es posible acceder a los servicios mutuales.
No parece razonable seguir intentando hacer de estos servicios, servicios competitivos que puedan, por su calidad asistencial, modificar la visión que la población tiene de ellos, cuando ni los propios funcionarios ni sus colegas estatales han optado por éstos.

Por ello creo que lo primero que habría que hacer es definir cómo facilitar el traslado de los usuarios de los servicios de ASSE, que no sean indigentes, a los servicios mutuales (subsidiando o eliminando copagos, por ejemplo)
Una vez definido el costo de esta medida se debería definir el presupuesto necesario para atender la indigencia, porque seguramente sobrarían recursos hoy disponibles que podrían ser utilizados para financiar la transferencia.
Para ello habría que definir, con la mayor claridad posible, el volumen de la demanda resultante.
Eso implicaría grandes y muy importantes cambios que implicarían entre otras cosas la adecuación estructural de los prestadores privados para atender adecuadamente esa mayor demanda.

¿Qué debería hacerse con la estructura asistencial excedente en ASSE?

En primer lugar sería muy importante la complementación de otros servicios estatales, que hoy presentan severas inequidades, en la oferta de servicios disponibles para sus beneficiarios. Me refiero concretamente a servicios tales como Sanidad Militar, que en el interior carece prácticamente de muchos recursos asistenciales  y sus usuarios expresan un muy claro sentimiento de pertenencia, que entiendo se debe respetar. .

Otra posibilidad es la utilizar la estructura excedente, participando en estrategias de complementariedad público privada, desarrollando servicios comunes que requieran de tecnología muy costosa y sofisticada. Pensemos en la actual planta física del Instituto de Ortopedia y Traumatología que será trasladado al edificio Libertad, por ejemplo. Hay otros que se podrían incluir.

Seguramente hay mucho más por hacer en materia de coordinación interinstitucional entre los servicios estatales, por lo que dejaría este capítulo abierto.

Sin perjuicio de lo expresado más arriba, hay dos temas que me preocupan de manera prioritaria:

  1. La creación de un Sistema Nacional INTEGRADO de Emergencias que asegure, a toda la población, la correcta asistencia en caso de sufrir un quebranto de su salud o un accidente de tránsito.
Resalto Integrado porque entiendo que debe de diseñarse con la participación de todos los servicios públicos y privados, evitando la superposición actual y las omisiones tan frecuentes.

  1. La reformulación del Primer Nivel de Asistencia, con la incorporación de la Medicina Familiar como especialidad idónea para su adecuada atención y las Tecnologías de la Informática y de la Comunicación, como herramientas indispensables para su tarea.

Sin lugar a dudas hay mucho más para considerar, pero entiendo que estas reflexiones deberían realizarse a la hora de analizar la propuesta presupuestal.

jueves, 20 de agosto de 2015

El nuevo Instituto de Ortopedia y Traumatología


Bien dicen que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra.
Próximamente se inaugurará el nuevo Instituto de Ortopedia y Traumatología en la planta física del ex Edificio Libertad.
El Instituto de Ortopedia y Traumatología, ha sido siempre una institución pública, que ha funcionado en la órbita del MSP y actualmente lo hace en la de ASSE. Seguramente su estatus seguirá siendo el mismo.
La primera duda que me surge es la vinculada a la conveniencia o no de repetir ese modelo asistencial, creado hace 70 años, tiempos en los que la asistencia se centralizaba en Montevideo.
Intereses que desconozco hicieron que a pocos metros del Hospital de Clínicas, donde se incluían las más variadas especialidades, la traumatología se desarrollara en servicio y planta física aparte, como sucedió más tarde con la Reumatología.
Los pacientes complejos que no disponían en el Instituto de los recursos necesarios para su adecuado tratamiento debían ser trasladados en camilla al Clínicas.
Por otra parte su condición de servicio especializado vinculado a una sola especialidad ha generado, por lo menos en el pasado, conflicto de intereses entre los especialistas, sus empresas vinculadas a la especialidad y el instituto. Hoy no se lo que sucede, pero los riesgos existen.
Durante la Administración nacionalista, en los 90, se introdujo equipamiento traumatológico, que en acuerdo con la cátedra de la especialidad, se dispuso su distribución por zonas, para regionalizar la asistencia y evitar los traslados a Montevideo de la mayor parte de los pacientes traumatológicos del interior.
Al mismo tiempo, los hospitales generales de Montevideo, carecían de esa especialidad, a pesar de que a ellos eran derivados todo tipo de accidentados, donde lo traumatológico estaba frecuentemente presente. Si la situación se mantiene debería incluirse la especialidad en dichos centros.
La última Convención Médica señaló la conveniencia de crear centros de referencia con el objetivo de centralizar recursos, experticia, y equipamientos en un solo lugar para tratar patologías específicas. El Sindicato Médico impulsa esta propuesta, que compartimos.
Demás está decir que no parece lógico crear tantos centros de referencia como especialidades hay.
Seguramente la idea apuntará a concentrar recursos complejos y habitualmente dispersos, como sería el caso de un Centro de Traumas, donde los pacientes accidentados cuenten con todas las especialidades eventualmente requeridas. Me refiero a intensivistas, cirujanos generales, neurocirujanos, traumatólogos, etc.
Entiendo, a su vez, que la idea que impulsa los Centros de referencia, implica la cobertura de todos los beneficiarios, en el marco de coordinaciones público privadas, para que esas inversiones fueran en beneficio de toda la población.
Por todo ello entiendo que destinar esta planta física para ese fin es tropezar nuevamente con la misma piedra y una señal más de la falta de una adecuada planificación de las necesidades que presenta el Sistema Nacional de salud.

jueves, 13 de agosto de 2015

Los helicópteros sanitarios

Desde el 13/4/13 vengo opinando en este blog sobre el tema de los helicópteros. El 15/5/13 y el 17/5/13 insistí sobre el mismo tema.
Como entiendo que es un tema que no puede analizarse sin tener en cuenta un tema mayor que es el vinculado a las emergencias, les propongo leer las otras publicaciones del  18/1/14, el 30/1 y el 6/2/14
En estos días volvimos a saber de los helicópteros utilizados para traslados de pacientes..
Me refiero al aporte del helicóptero en el traslado de una niña desde el departamento de Soriano.
Con relación al helicóptero, debo decir que su puesta en escena no hace más que confirmar lo que vengo sosteniendo desde hace tiempo.
Es un recurso muy útil y es muy buena cosa que esté en la órbita de la Fuerza Aérea.
Según se informó, parece haber otro helicóptero similar apostado en Durazno, lo que de confirmarse sería una muy buena noticia.
De todas maneras se me ocurre, en principio, que sólo 2 unidades parecen insuficientes.
Para atender adecuadamente las emergencias que puedan surgir y las demandas de traslado, sería bueno que existieran algunos más, distribuidos en lugares estratégicos del país.
Por otra parte, en la misma nota se aclaraba, que hay traslados que deben hacerse por tierra.
Eso refuerza lo expresado anteriormente, en el sentido que no alcanza con hechos o soluciones aisladas. Es necesario impulsar un SISTEMA NACIONAL DE EMERGENCIAS, donde se implemente una red de servicios que contemplen una adecuada asistencia de las situaciones de esta índole.


martes, 11 de agosto de 2015

La coordinación entre la IMM y el MSP. Cuando los titulares son fundamentalmente titulares y muy poco más

http://lademocracia.info/?p=2172

Para esta fuerza política, que nos gobierna,  se ha convertido en un estilo el titular soluciones y quedarse sólo en eso.
Hay temas que son muy importantes y que se merecen un tratamiento en profundidad.
Por eso me permito compartir esta columna de La Democracia.
Gracias por su atención

jueves, 23 de julio de 2015

Desde el otro lado del mostrador

http://lademocracia.info/?p=2086
Los invito a reflexionar sobre los momentos de No Calidad de los Servicios de Salud. En esta oportunidad se trata de una columna escrita para La Democracia sobre algunas situaciones que se viven a la hora de estar internados.
Espero sus comentarios




miércoles, 15 de julio de 2015

El Hospital de Clínicas y su futuro

http://www.elobservador.com.uy/clinicas-el-eterno-postergado-que-nadie-quiere-financiar-n660630

Con toda franqueza no logro entender por qué seguimos atracados en este problema.
Me parece que es un claro ejemplo de esa tradición nacional, que tiende a poner la carreta por delante de los bueyes, asegurando que difícilmente se pueda mover.
Antes de definir con qué dinero se financiaría y si se recicla el actual edificio o se construye uno nuevo, me parece que deberían definirse una serie de temas necesariamente previos.
1º) En un Sistema Nacional realmente integrado de Salud, ¿Cuántas camas precisaría Montevideo, si efectivamente se descentralizara la atención, se fortalecieran los servicios departamentales y regionales y se evitara efectivamente la derivación a la capital, por falta de todo tipo de recursos en el interior?
Cuando se convino con la FEMI la atención de todas las emergencias médicas, quirúrgicas, traumatológicas, ginecológicas y pediátricas, durante del gobierno nacionalista de los 90, la derivación a Montevideo se redujo sensiblemente
2º) ¿Cuántas camas se necesitarían en Montevideo si los pacientes pudieran volver a su casa para cursar la convalecencia y no quedarse internados, porque deben volver al asentamiento y a las casas de cartón?
3º) ¿Cuántas camas se necesitarían si el convenio docente asistencial no demorara la rotación de las camas, haciendo que se llegue al extremo que el hospital universitario tiene menores tiempos de estadía?
4º) ¿Qué tipos de camas se precisan si pensamos, como lo propuso la Convención, en crear Centros de alta especialización que concentren la alta tecnología y atiendan a todo el sistema (Centros de trasplantes, de tratamiento de patologías complejas, etc. disponiendo de los mejores recursos)
5º) ¿A qué población debería atender dicho hospital universitario? ¿Todos los pacientes que no puedan ser asistidos en el mutualismo deberían atenderse en él, permitiendo ser usado como instrumento para la formación de los futuros médicos y especialistas? ¿No debería ser optativo y para ello el hospital ofrecer un estandard de calidad que resulte atractivo?
6º) ¿Nuevamente se ha cambiado la teoría que descalifica los hospitales en altura por su disfuncionalidad?
7º) ¿Alguien dijo que el edificio debería destruirse? Se me ocurre que podría tener otros fines, para los cuales el reciclaje no sería tan costoso, y hacer el hospital universitario en otro lado.
8º) ¿Quién dirigiría ese hospital, que pretende situarse en igualdad de condiciones que el resto de los hospitales estatales?
9º) ¿Qué rol desempeñaría dicho hospital? ¿Cobertura integral de la población de referencia? ¿Centro de referencia para determinadas especialidades? ¿Para la capital o para el país?
10º) ¿Está resuelto cómo se asistirá el 1er. Nivel de atención, donde se juega la mayor parte del partido y el futuro de muchas demandas asistenciales?
Creo que hay un gran debate por darse y si se pretende invertir cifras tan importantes, debería concretarse previamente.
Desde ya adelanto mi posición que avala la necesidad de contar con un Hospital Universitario.
Con relación al resto necesito argumentos sólidos y no caprichosos ni ideológicos, para poder con honestidad tomar posición.

martes, 28 de abril de 2015

El Vilardebó y Las Colonias. ¿De quién es la responsabilidad?


Publicada en el Semanario Búsqueda

Habiendo dirigido el primero y habiendo tenido bajo mi responsabilidad, como Director General de ASSE, las dos colonias, desearía compartir algunas reflexiones al respecto.
Mucho se ha hablado últimamente de ambos servicios dejando al descubierto su triste función de verdaderos depósitos de deshechos humanos.
Vemos a la prensa y a la población, a su influjo, horrorizarse de las realidades que emergen, cual punta de un enorme iceberg, en sus dominios.
Durante la dictadura, verdaderas barbaridades se cometieron con sus pacientes. Cuando asumí la dirección del Vilardebó, a menos de 2 años de finalizado el gobierno militar, comprobé las condiciones absolutamente inhumanas en que vivían los pacientes de ese hospital. Se intentó cerrar el hospital, porque su predio era valioso y porque era una verdadera vergüenza tener, a la vista de todo el que por ahí pasara, esa triste y atroz realidad. Lejos de esconder la realidad la hice pública y sacudimos la conciencia ciudadana, lo que nos permitió vender un número considerable de cupones para una rifa, cuyo resultado económico permitió realizar algunas obras para mejorar aquella situación. Recuerdo que el periodista Nano Folle realizó un informe con un vídeo de la planta física del Hospital en general y de la sala 11 en particular.
Renuncié, un año después, porque no logré obtener respuestas acordes de las autoridades del momento, para continuar cambiando esa realidad.
En 1988, como Director de ASSE, participé en la mayor inversión hecha por el Estado en las colonias. El Ministro Ugarte resolvió vender el Hospital Marítimo de Maldonado y la totalidad de lo recaudado fu invertido en la recuperación de los pabellones, cocinas, etc. Ahí, durante el gobierno militar se había implementado una estrategia aterradora. Aquellos pacientes que se encontraban en peores condiciones se ubicaban en la Colonia Santin C. Rossi, donde las condiciones edilicias eran desastrosas y donde se les alimentaba deficientemente. Testigos de aquella época lo comparaban a un verdadero campo de concentración.
Pese a la enorme inversión, a disponer de dos directores, uno para cada colonia, la situación era inmanejable y ya en aquel entonces realicé el planteamiento de que había que terminar con esa estructura. La enorme mayoría de los pacientes pertenecían al interior. Muy pocas visitas recibían, como ahora. Lo más lógico parecía ser proceder al traslado de los internos a sus departamentos de origen, creando pequeñas unidades asistenciales, que darían trabajo a la población, que lograrían una mejor calidad en la atención, como sucede habitualmente en las ciudades del interior y poniendo bajo la responsabilidad de los especialistas locales su tratamiento.
La primer resistencia fue del personal, que veía peligrar su fuente de trabajo y los beneficios extraordinarios que una estructura de esta naturaleza genera desde el entorno.
El segundo obstáculo está determinado por la indiferencia de todos nosotros, que preferimos, como el avestruz, esconder la cabeza y sólo sacarla cuando algún hecho alarmante nos sacude.
Estoy haciendo referencia a una realidad que por lo menos lleva 30 años.
Durante esos 30 años han pasado muchos gobiernos y la situación sigue igual.
Después de 10 años de gobierno del mismo partido político, se nos dice que hicieron lo posible y la realidad muestra que una vez más han fracasado
Las declaraciones del Ministro Basso son alentadoras. Se debe terminar con ésto.
¿Cuál es la solución?
Supongo que se debería partir de una búsqueda conjunta, de todas las fuerzas políticas, para reformular realmente el Programa de Salud Mental y las condiciones en que se mantienen a sus internados.

domingo, 19 de abril de 2015

¿Hasta cuando los uruguayos seguirán con la cabeza dentro del pozo?


http://lademocracia.info/?p=1518#more-1518

Días pasados nos asombrábamos por lo sucedido en las Colonias Psiquiátricas. Un poco antes, lo sucedido en el Vilardebó, nos mostró otro lado oscuro que no queremos ver.
Hoy nos enteramos que una residencia para ancianos fue cerrada por el MSP, al ser procesada con prisión la encargada, por no cumplir adecuadamente con los servicios que allí debían prestarse.
Tres hechos no menores, que afectan a sectores de la población, altamente vulnerables. Me refiero a los pacientes psiquiátricos y a los ancianos.
Nadie puede dudar que tanto en un caso como en el otro, muy poco se ha hecho en los últimos 40 años.
El Vilardebó arrastra sobre sus espaldas las salas de seguridad, verdaderos depósitos de deshechos humanos. Su condición de centros de reclusión genera trastornos severos en el funcionamiento del resto del hospital y hace que el resto de la planta física termine mimetizándose con ellas y generando las peores condiciones para la internación de quienes no tienen orden judicial.
Desde la Sociedad de Psiquiatría se ha reclamado la necesidad de un centro de internación psiquiátrica, para pacientes que deben permanecer privados de su libertad.
Las Colonias alojan un número muy importante de pacientes, provenientes en su enorme mayoría del interior, que raramente son visitados por sus familiares.
Por su estructura edilicia (un gran número de pabellones aislados entre si, en un predio de gran tamaño), por estar separados por una ruta, por tener una integración patológica con el entorno (robos, intercambio de bienes como la yerba y el tabaco por zapatos y camisas, espacio donde deshacerse de animales, etc.) se han convertido en la pesadilla de quienes tienen y han tenido la responsabilidad de su gestión, sin encontrarse solución alguna para normalizarla y sostenerla en el tiempo.
Por su parte las residencias para ancianos, desde que tengo memoria han mostrado realidades muy diferentes entre aquellas registradas y controladas por los organismos responsables y las que no lo están, que lamentablemente son la enorme mayoría.
De una manera o de otra, en Montevideo o en el interior, nos enteramos de residencias donde se tienen ancianos en condiciones absolutamente inhumanas.
Pero el sistema político y la sociedad toda, prefiere ignorar una realidad que afecta a muchísima gente, mientras el Presidente de la República nos dice que para su gobierno la Salud Pública es una prioridad.
Lo sucedido en Salto nos muestra que no se puede jugar a la autoridad y decretar el cierre, porque no hay opciones de internación para esa población que ha perdido contención familiar o capacidad para auto cuidarse.
Cada uno de estos temas requiere de respuestas concretas y sustentables, como puede ser la creación de ese hospital psiquiátrico que mantenga recluidos a sus internos, manejado por quienes saben del tema y apoyados por los servicios asistenciales pertinentes; la conversión del Hospital Vilardebó en un centro para la internación aguda psiquiátrica de toda la población que lo requiera, (como lo fue hace muchos años) en una tarea complementaria entre el sector público y el privado, aprovechando su enorme planta física y su capacidad de reciclaje y redefinición de espacios. Y para los ancianos desvalidos, que están internados en las residencias no registradas, soluciones reales que deberían llegar antes de tratar de inventar Sistemas de Cuidados que no los contemplen.
Todo eso será posible el día que los uruguayos saquemos la cabeza del pozo y asumamos con valentía la responsabilidad de reclamar por quienes no pueden hacerlo, impidiendo que se siga haciendo demagogia y se siga aprovechando estas tragedias, alternadamente, para reclamar desde la oposición a los que están en el gobierno, olvidando cuando se accede al gobierno lo que se reclamaba desde la oposición.
Si no lo hacemos deberemos pensar seriamente si no será necesario incorporar al avestruz entre los símbolos que nos identifican. 

jueves, 26 de marzo de 2015

La No Calidad en los Servicios de Salud


http://lademocracia.info/?p=1426#more-1426

En mi columna de la edición anterior de La Democracia, me refería a la Calidad en los Servicios de Salud y a las diferentes dimensiones que el concepto tiene, a mi juicio.

Para profundizar en el tema y lograr un mayor entendimiento, entiendo necesario escribir sobre la No Calidad en dichos servicios.

Para tratar de traducir en experiencias reales el significado del concepto “No Calidad” voy a relatar algunas situaciones totalmente diferentes pero igualmente ilustrativas.

En el primero de los casos un afiliado de toda una vida a una mutualista de la capital, siente dolor en el pecho y como es portador de una hipertensión arterial, enfermedad de la cual se ha hablado tanto y se han realizado campañas de prevención y despistaje precoz, llama a la urgencia de la institución a las 9 de la noche.
¿Sabe a qué hora tocaron el timbre en su casa?, a las 4 de la mañana.
Quizás si los afiliados supieran que en la gestión de los servicios de salud la urgencia y la emergencia se diferencian por la celeridad de la respuesta y que en términos generales cuando se trata de una urgencia se entiende que no hay riesgo inminente de vida y que debe ser atendendida en un plazo menor al que se debe responder a un llamado de radio, mientras que la emergencia requiere una respuesta inmediata porque se supone que hay riesgo de vida inminente.
Hay un detalle, que no es menor. La población, a partir del surgimiento de las unidades coronarias o emergencias móviles, se ha ido acostumbrando a disponer de un servicio que en cualquiera de los casos es de muy rápida respuesta. Cuando por alguna razón deja de estar afiliado a esos servicios, se encuentra con situaciones como éstas, que a su vez tienen su origen en que las instituciones se han ido retrayendo en la prestación de estos servicios y lo atienden de acuerdo a los pocos recursos que para ello disponen.

¿Cuál es la expectativa del cliente?, ser atendido por igual con uno u otro servicio.
¿Qué le genera al cliente la llegada a las 4 de la mañana de ese médico?, molestia, indignación, desilusión, etc.,
Una serie de sentimientos negativos, momentos de No Calidad en la prestación del servicio, que deslucen el esfuerzo que esa institución puede estar haciendo para ampliar sus servicios, mejorarlos, dotarlos de mejor equipamiento, etc.

¿Qué es lo que debería hacer la institución si su estrategia estuviera enfocada a sus clientes? Lo primero es aclarar a sus afiliados el alcance de los servicios que se prestan bajo determinadas características y de esa manera evitar expectativas que no van a ser cubiertas adecuadamente.
Podría establecer un convenio con una empresa de Emergencias mediante el cual se redujeran costos para que sus clientes puedan acceder a estos servicios. Tendría la dificultad de la inequidad. Sólo podrían acceder a ese servicio quienes pudieran pagarlo.
Otra opción es desmontar el servicio de urgencia y hacer un convenio con una empresa de emergencia móvil para satisfacer adecuadamente a los clientes en cualquier situación.
Ésto implica: un mayor costo asistencial, en la medida que la cobertura por un servicio especializado implica un costo no previsto; prescindir de determinados cargos médicos o en el mejor de los casos redistribuirlos con las consiguientes complicaciones para quien va a ser redistribuido.
¿Por quien se inclina la institución?, por los funcionarios y no por los clientes y salvo decisiones gubernamentales la situación permanecería incambiada.

Otras situaciones muy frecuentes.
Cuando uno requiere estar internado, es porque lo que tiene no es tan sencillo como para atenderlo en domicilio. El estado de ánimo dista mucho de ser el mejor, sin importar la causa de la internación.
Muchas situaciones ejemplifican la No Calidad.
Cada vez es mayor el volumen de los ruidos que se generan fuera de la sala de internación. Carros térmicos, carros de curaciones, carros del hielo, personal que se comunica a los gritos, visitas en número mayor que el autorizado que invaden la habitación, puertas que se abren para ingreso del personal pero que no se vuelven a cerrar, controles de enfermería ejecutados en grupo prendiendo la luz, hablando en voz alta, riendo entre ell@s, etc., etc.

¿Por qué se dan todas estas situaciones?
Yo creo que en el historial de la formación de quienes integramos el sector de la salud hay hitos que contribuyen a consolidar esa cultura característica por la que el eje de nuestro accionar somos nosotros mismos y no nuestros clientes.
Habría que preguntarse ¿en qué momento se nos enseña que lo que desarrollamos además de un arte es un servicio?, ¿En qué momento se nos enseña que la base de un buen servicio es satisfacer al cliente y sorprenderlo dándole más de lo que espera de nosotros?
NUNCA que yo sepa.

Seguramente por ahí se podrá encontrar una punta de la madeja que nos lleve a explicar todos estos episodios de No Calidad a los que hacemos referencia.

Por nuestra parte ¿qué podemos hacer para contribuir de alguna manera a corregir estos errores?
Pienso que una alternativa es explicitarlos, mediante su divulgación sin identificar necesariamente a los actores, porque lo que nos interesa es que éstos tomen conciencia de que están actuando mal.

Una segunda posibilidad es establecer alguna forma para intercomunicarnos, para recopilar ejemplos y llegado el momento hacerlos públicos.





jueves, 12 de marzo de 2015

La Calidad en los Servicios de Salud




En mi columna quincenal de La Democracia, http://lademocracia.info/?p=1357, encaré el tema de La Calidad en los Servicios de Salud, porque desde hace ya bastante tiempo tengo la sensación de que persistentemente se escapa uno de los conceptos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de hablar del tema.
Me refiero a la Calidad del Proceso Servuctivo y en particular a la carencia de una filosofía de la Calidad en la cultura sectorial.
Su integración implica una esfuerzo muy importante con los RRHH del sector, para incorporar en todos los niveles dicha filosofía.
Incorporo el contenido de la columna.

"La Calidad en los Servicios de Salud
El Sr. Ministro de Salud Pública, el Sr. Presidente del SMU y la última Convención Médica Nacional, pusieron el tema de la “Calidad de la Asistencia” sobre la mesa.

Leyendo declaraciones y propuestas, me surge la idea de que el término “calidad” es muy abarcativo y que habitualmente quedan afuera algunos conceptos que son esenciales a la hora de pretender una mejora real en la Calidad Asistencial.

En el Proceso Servuctivo (Producción de los Servicios) el sector de la salud, en su conjunto, padece a mí entender, de una notoria falta de calidad en los servicios que presta.

Para entenderlo deberíamos diferenciar, a mi criterio, cuatro tipos de calidad. A saber:

  1. Calidad tecnológica
  2. Calidad técnica
  3. Calidad en la Gestión de los procesos asistenciales
  4. Calidad de los Servicios

  1. Calidad tecnológica. Quizás sea la que ha logrado mejor nivel, ya que depende exclusivamente de la capacidad de inversión de las instituciones y/o servicios públicos y privados. En esta área se debe analizar las lecciones aprendidas por el MSP, en cuanto a su rol regulador del mercado de tecnologías, para impedir que la sobreoferta impulse al aumento del consumo y por ende al aumento de costos asistenciales y para impedir algunos monopolios que no parecen ser convenientes. Es imprescindible incorporar la idea de la complementación, entre los diferentes servicios públicos y privados, para en su conjunto acceder a la más moderna tecnología..

  1. Calidad técnica. Se trata de la formación, capacitación y entrenamiento de los profesionales y los colaboradores, responsables de la aplicación de la tecnología, así como de la asistencia directa de los pacientes.
Con respecto a este tema se debe realizar un diagnóstico de la oferta actual de RRHH para cada una de las categorías de cargos requeridos para el funcionamiento de los servicios asistenciales y definir la demanda actual y prevista para los próximos 10 años de cada una de esas categorías, a partir de la cual establecer un régimen de registro y habilitación que no exceda esa demanda. Con este procedimiento se puede crear un límite indirecto a los gastos innecesarios generados en la formación de profesionales subempleados y tratar de mejorar la relación necesaria entre las diferentes categorías.
Esto debería hacerse en el marco de un sistema de administración de RRHH específico para el sector y cuyo modelo debería implantarse de manera obligatoria en todas las organizaciones integrantes del Sistema Nacional de Salud.

En el marco del mismo sistema de administración de RRHH se deberían implementar programas de capacitación y desarrollo de esos RRHH, entre cuyos objetivos debería estar la actualización permanente de los mismos, condición indispensable para la revalidación de la autorización para ejercer. Se deberá diseñar un plan de actualización permanente para cada una de las especialidades, cuyos módulos provean de créditos para el logro de la revalidación correspondiente.

En este sentido y para no crear una conmoción muy marcada en el sistema, podría aplicarse el sistema de revalidación periódica de las autorizaciones para el ejercicio de la profesión, en aquellos profesionales que tengan menos de 15 años de graduados.

  1. Calidad en la Gestión de los procesos asistenciales. Hay algunas instituciones que han logrado certificaciones de UNIT o del LATU, al adecuar algunos de los procesos intervinientes en la producción de sus servicios, a las normas ISO. Ésto les permite mejorar la gestión en aquellas áreas comprendidas por la certificación pero no necesariamente tienen impacto sobre la calidad total del servicio que prestan.
  Se debería continuar capacitando RRHH en lo que tiene que ver con las normas ISO, su  implantación, certificación y recertificación, para lograr su implantación obligatoria en todas las   organizaciones del sistema

  1. Calidad de los Servicios. Aquí creo que hay un tremendo déficit sostenido esencialmente por la cultura del sector.
Como dice Maritza Vieytes: “Cultura Organizacional (CO) son los valores y creencias imperantes en una organización, un sistema de significados comunes que reconocen los miembros de la misma, que genera reglas de conducta que influyen en la conducta de los individuos y que puede ser rápidamente identificada en la empresa. Cuando comenzamos a indagar dónde comienza la CO nos encontramos con que la misma se sustenta en los resultados que se han obtenido en las acciones del pasado y que su fuente está en el o los fundadores y en la razón de ser que produjo el nacimiento de esa organización. La CO se trasmite a través de imagen, historias, símbolos, rituales, mensajes, y procesos de socialización entre otros”.

Si nos ponemos a analizar algunas de las características de dicha cultura, podemos comprobar que las organizaciones de salud están muy lejos de estar focalizadas a la satisfacción de los clientes y por el contrario lo están hacia la subsistencia institucional y el mantenimiento de los puestos de trabajo y sus privilegios.

Para muestra de ello, basta con analizar el comportamiento del personal en cualquiera de las áreas institucionales, en su relacionamiento con sus clientes, los usuarios.
Quienes han tenido que estar internados podrán confirmar el exceso de gritos y otros ruidos que se vinculan con un piso de internación.
Absolutamente fuera de moda ha quedado la tradicional foto de la nurse pidiendo silencio.

Podríamos explayarnos en numerosos ejemplos de esta naturaleza, que si el lector pone atención puede comprobar su existencia.

Para resolverlo, se deberían diseñar programas de intervención organizacionales que faciliten la implantación de la filosofía de la calidad total como parte de la cultura sectorial y que sumados a la implantación de las normas ISO logren una verdadera transformación del sistema.

Por eso ignorar la importancia de la cultura sectorial parece un error que, por repetido, no deja de estar siempre presente".







jueves, 5 de marzo de 2015

La calidad de la asistencia.


Que la Convención Médica, el SMU y el MSP estén hablando de la calidad de la asistencia es todo un logro y un paso importantísimo para mejorar efectivamente la calidad de la asistencia. 
Es de esperar que, sin perjuicio de trabajar en los aspectos señalados, no olvidemos la importancia de incorporar la filosofía de la calidad como cambio cultural trascendental para lograr ese resultado por todos esperado.
El sector de la salud, en su conjunto debe modificar el foco de su accionar y centrarlo en la satisfacción de los pacientes, sus clientes, que son la razón fundamental de su existencia como servicios.
No basta con las mejores plantas físicas, el mejor equipamiento o los mejores técnicos, la filosofía de la calidad implica que cada acto debe ser pensado en función de la satisfacción del cliente y no en la necesidad del personal o del servicio.
Sólo para ejemplificar y aclarar este concepto, pensemos en todos los gritos, ruidos molestos, grupos de personal de enfermería que avanzan durante la noche para realizar, a todos, controles de rutina, interrumpiendo el descanso a veces logrado con mucho esfuerzo.
Hace muchos años acompañé a mi esposa en talleres destinados a trabajar con personal de la salud, pública y privada, dirigidos a analizar las "Variables que participaban en la Satisfacción de los Clientes". El impacto, utilizando la metodología adecuada, fue impresionante.
Me atrevería a afirmar que se puede.

jueves, 26 de febrero de 2015

Las fugas del Hospital Vilardebó

http://lademocracia.info/?p=1316

Los invito a leer mi columna en La Democracia Digital
Entiendo que es un tema relevante, que quizás por salud mental, o porque no sabemos cómo resolverlo, tratamos de ignorar.
Ignorarlo contribuye a convertir este hospital en un verdadero depósito de seres humanos, que no tienen como defenderse y que indiscutiblemente es nuestra responsabilidad hacerlo por ellos.
Ante tanta hipocresía y mentiras populistas, que venden una solidaridad que este hospital muestra que no son tales, debemos hacer algo.
Más de 30 años hace que he denunciado esta situación y es muy claro que, todos los gobiernos, han preferido ignorar.