jueves, 26 de marzo de 2015

La No Calidad en los Servicios de Salud


http://lademocracia.info/?p=1426#more-1426

En mi columna de la edición anterior de La Democracia, me refería a la Calidad en los Servicios de Salud y a las diferentes dimensiones que el concepto tiene, a mi juicio.

Para profundizar en el tema y lograr un mayor entendimiento, entiendo necesario escribir sobre la No Calidad en dichos servicios.

Para tratar de traducir en experiencias reales el significado del concepto “No Calidad” voy a relatar algunas situaciones totalmente diferentes pero igualmente ilustrativas.

En el primero de los casos un afiliado de toda una vida a una mutualista de la capital, siente dolor en el pecho y como es portador de una hipertensión arterial, enfermedad de la cual se ha hablado tanto y se han realizado campañas de prevención y despistaje precoz, llama a la urgencia de la institución a las 9 de la noche.
¿Sabe a qué hora tocaron el timbre en su casa?, a las 4 de la mañana.
Quizás si los afiliados supieran que en la gestión de los servicios de salud la urgencia y la emergencia se diferencian por la celeridad de la respuesta y que en términos generales cuando se trata de una urgencia se entiende que no hay riesgo inminente de vida y que debe ser atendendida en un plazo menor al que se debe responder a un llamado de radio, mientras que la emergencia requiere una respuesta inmediata porque se supone que hay riesgo de vida inminente.
Hay un detalle, que no es menor. La población, a partir del surgimiento de las unidades coronarias o emergencias móviles, se ha ido acostumbrando a disponer de un servicio que en cualquiera de los casos es de muy rápida respuesta. Cuando por alguna razón deja de estar afiliado a esos servicios, se encuentra con situaciones como éstas, que a su vez tienen su origen en que las instituciones se han ido retrayendo en la prestación de estos servicios y lo atienden de acuerdo a los pocos recursos que para ello disponen.

¿Cuál es la expectativa del cliente?, ser atendido por igual con uno u otro servicio.
¿Qué le genera al cliente la llegada a las 4 de la mañana de ese médico?, molestia, indignación, desilusión, etc.,
Una serie de sentimientos negativos, momentos de No Calidad en la prestación del servicio, que deslucen el esfuerzo que esa institución puede estar haciendo para ampliar sus servicios, mejorarlos, dotarlos de mejor equipamiento, etc.

¿Qué es lo que debería hacer la institución si su estrategia estuviera enfocada a sus clientes? Lo primero es aclarar a sus afiliados el alcance de los servicios que se prestan bajo determinadas características y de esa manera evitar expectativas que no van a ser cubiertas adecuadamente.
Podría establecer un convenio con una empresa de Emergencias mediante el cual se redujeran costos para que sus clientes puedan acceder a estos servicios. Tendría la dificultad de la inequidad. Sólo podrían acceder a ese servicio quienes pudieran pagarlo.
Otra opción es desmontar el servicio de urgencia y hacer un convenio con una empresa de emergencia móvil para satisfacer adecuadamente a los clientes en cualquier situación.
Ésto implica: un mayor costo asistencial, en la medida que la cobertura por un servicio especializado implica un costo no previsto; prescindir de determinados cargos médicos o en el mejor de los casos redistribuirlos con las consiguientes complicaciones para quien va a ser redistribuido.
¿Por quien se inclina la institución?, por los funcionarios y no por los clientes y salvo decisiones gubernamentales la situación permanecería incambiada.

Otras situaciones muy frecuentes.
Cuando uno requiere estar internado, es porque lo que tiene no es tan sencillo como para atenderlo en domicilio. El estado de ánimo dista mucho de ser el mejor, sin importar la causa de la internación.
Muchas situaciones ejemplifican la No Calidad.
Cada vez es mayor el volumen de los ruidos que se generan fuera de la sala de internación. Carros térmicos, carros de curaciones, carros del hielo, personal que se comunica a los gritos, visitas en número mayor que el autorizado que invaden la habitación, puertas que se abren para ingreso del personal pero que no se vuelven a cerrar, controles de enfermería ejecutados en grupo prendiendo la luz, hablando en voz alta, riendo entre ell@s, etc., etc.

¿Por qué se dan todas estas situaciones?
Yo creo que en el historial de la formación de quienes integramos el sector de la salud hay hitos que contribuyen a consolidar esa cultura característica por la que el eje de nuestro accionar somos nosotros mismos y no nuestros clientes.
Habría que preguntarse ¿en qué momento se nos enseña que lo que desarrollamos además de un arte es un servicio?, ¿En qué momento se nos enseña que la base de un buen servicio es satisfacer al cliente y sorprenderlo dándole más de lo que espera de nosotros?
NUNCA que yo sepa.

Seguramente por ahí se podrá encontrar una punta de la madeja que nos lleve a explicar todos estos episodios de No Calidad a los que hacemos referencia.

Por nuestra parte ¿qué podemos hacer para contribuir de alguna manera a corregir estos errores?
Pienso que una alternativa es explicitarlos, mediante su divulgación sin identificar necesariamente a los actores, porque lo que nos interesa es que éstos tomen conciencia de que están actuando mal.

Una segunda posibilidad es establecer alguna forma para intercomunicarnos, para recopilar ejemplos y llegado el momento hacerlos públicos.





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