Mi columna en La Democracia Digital
En estos días se festejan los 10
años de la supuesta reforma de la salud, uno de los estandartes del gobierno
progresista.
Jamás falta su mención cuando de
logros se habla y me parece oportuno dedicarle algunos minutos al análisis de
algunas afirmaciones.
Hay dos afirmaciones que son
mencionadas como éxito, de manera permanente: La accesibilidad universal y la equidad
La accesibilidad universal
Cualquiera que escucha esta
afirmación debe pensar sin dudas que hasta la llegada de esta fuerza política
al gobierno, había un importante número de indigentes sanitarios que, como
sucede en EEUU, no podían acceder a los servicios de salud, ni siquiera en
casos de emergencia.
Con absoluta tranquilidad desafío
a quien pueda comprobar que antes de la llegada del FA había algún obstáculo
para que la gente se pudiera atender.
Cuando era estudiante y hacía
guardias en el Hospital de Clínicas, a él llegaban para ser atendidos, todos
aquellos que sufrían cualquier tipo de emergencia. Primeo se les atendía y
después se comprobaba si tenían o no carné de asistencia. Nadie era rechazado
en esa puerta de emergencia.
Cuando trabajaba como Practicante
de Puerta en el Círculo Católico (cargo antecesor del Médico de Puerta) y
llegaba un paciente en crisis siquiátrica, era derivado inmediatamente al
Vilardebó, sin ningún tipo de exigencia salvo el pase que le dábamos.
Cuando asumí el cargo de Director
General de ASSE (en abril de 1988), una de las cosas que implementé, contra el
comité de obstáculo interno del MSP, fue la eliminación del requisito de tener el carné
de salud para ser atendido, porque su obtención se lograba justificando que se
era pobre. Me parecía una crueldad exigirle a quienes no tenían otra alternativa
asistencial, que sacaran carné de pobre.
Siempre sucedió que cuando
alguien requirió asistencia se le atendía y si tenía el carné que acreditaba
sus derechos a ser atendido no abonaba nada y si no lo tenía se investigaba su
situación económica y descartada su indigencia se le cobraba lo que indicaba un
arancel. Un caso habitual que mostraba esta situación era el uso y abuso, por
parte de turistas en Punta del Este de los servicios de ASSE en Maldonado.
Otro ejemplo fue la asistencia
del ex Senador Nicolini que fue operado en el Hospital Pasteur, sin que tuviera
el más mínimo derecho a esa asistencia, por su nivel de ingresos. Igual fue
atendido.
Con estas afirmaciones reafirmo
que la accesibilidad universal existe desde los inicios de la Salud Pública. En
términos generales sus servicios eran requeridos por aquellos que no tenían
otra opción. Algo similar a los comedores del INDA. Nadie iba a comer por
elección sino por necesidad.
Quizás lo único que han hecho es
regularizar administrativamente a personas que no estaban registradas, pero de
ninguna manera pueden decir que universalizaron lo que ya era universal.
Por supuesto que sólo nos
referimos a la accesibilidad administrativa, porque en relación a la accesibilidad
geográfica, poco se ha hecho para mejorarla. Siguen existiendo uruguayos que
fallecen porque crecen las cañadas. A ella me referiré cuando analice el tema
de la inequidad.