"Sólo con un gran acuerdo nacional, que ponga en el centro los intereses
genuinos y constitucionales de la gente, se podría iniciar el proceso de cambio
que el sector requiere"
Junto con Gustavo Gaye hemos
estado concurriendo a una serie de charlas sobre las propuestas en salud de los
diferentes partidos, organizadas por la Maestría en Dirección de Empresas de Salud
de la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo. Solo nos falta la
del Partido Nacional que obviamente conocemos por haber asistido a las
reuniones del grupo.
Lo más interesante es haber
comprobado la coincidencia de todos los partidos opositores, no solo en el diagnóstico de situación, sino
en la mayoría de las propuestas.
Confirma lo que sostiene Luis
Lacalle Pou cuando afirma que son muchas esas coincidencias y que si la actitud
del próximo gobierno pasa por la búsqueda de soluciones entre todos, es posible
mejorar las condiciones en que vive la gente. Con Gustavo y otros colegas del
resto del espectro político, esperamos colaborar en ese sentido
En un sector que invierte, sobre
todo en la atención médica de todos los ciudadanos de la República, casi el 10%
del PBI, encontrar acuerdos entre los partidos que hoy representan a la casi 2
terceras partes de la población, es una información muy auspiciosa.
Todo lo que se invierte en
educación (Inicial, Primaria, Secundaria, UTU, UTEC, Formación docente,
Universidad, Hospital de Clínicas) representa aproximadamente el 5% del PBI. En
Salud se gasta casi el doble.
Las soluciones necesarias son muy
complejas porque salvo el haber aumentado la base impositiva, la mayor parte de
los problemas siguen permaneciendo en condiciones similares a como sucedían
cuando se puso en funcionamiento ASSE en 1988.
Lo que se puede asegurar es que
hay dos áreas muy definidas de acción:
En primer lugar todo lo que hace
a la recuperación del Rol de Rector del Sector que debe ejercer el MSP (ahora
según algún columnista de La Diaria se debe decir MS, porque llegaron a la
conclusión que es rector de todo el sector y no del público, ignorando que lo
público y lo privado se relaciona con los prestadores y no con la salud de la
población que sin lugar a dudas es Pública) Son muchas las variables a tener en
cuenta y para eso se requiere del aporte de gente con experiencia en el Casco
Central (la estructura central del Ministerio) y de conocedores de la
intrincada trama de intereses que participan fortaleciendo el comité de
obstáculos que impide la mayor parte de los cambios.
En segundo lugar es necesario definir
dónde se puede mejorar la gestión, en la búsqueda de una mayor racionalidad y
los consiguientes ahorros necesarios, que permitan financiar los aumentos de
costos que la asistencia de la salud, seguramente va a requerir.
Lo que queda claro, después de
coincidir en los diagnósticos, es lo que he sostenido en referencia a que la
famosa reforma de la salud, tuvo muy
poco de reforma, que la mayor parte de los logros anunciados ya existían, que
lo más revolucionario tiene que ver con la consolidación de un Seguro de Salud,
que el Partido Nacional propuso en 1985 y no se concretó porque era necesario
sacarles mucho dinero a la gente y que la izquierda rechazaba porque era
privatizador y que la participación del empresariado médico ha tenido actores
de relevancia entre los propios gobernantes.
Sólo con un gran acuerdo nacional, que ponga en el centro los intereses
genuinos y constitucionales de la gente, se podría iniciar el proceso de cambio
que el sector requiere.