jueves, 31 de agosto de 2017

Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) y el SNIS

Hace ya algún tiempo se viene desarrollando un proyecto de Telemedicina en el Departamento de Cero Largo, impulsado por la Dirección de Salud Departamental ejercida por el Dr. Norberto Borba, con el apoyo de la cátedra de Medicina Familiar y Comunitaria cuyo Director es el Profesor Julio Vignolo.

El proyecto impulsa básicamente la utilización de las TICs para facilitarle, a aquellas personas que viven en localidades que carecen de los servicios asistenciales básicos, el acceso a la consulta médica a distancia.

Es sin lugar a dudas un avance muy importante para solucionar la situación de quienes viven en Indigencia Sanitaria.

Interviene en el desarrollo del Primer Nivel de Asistencia, donde la experiencia señala se deberían resolver más del 80% de las demandas asistenciales.

La participación de la cátedra de Medicina Familiar refuerza la estrategia, al aportar la especialidad indicada para atender ese Primer Nivel. Los médicos de familia están capacitados para atender ese 80% de consultas que pueden ser resueltas sin la necesaria participación de otros especialistas.

Esta tecnología no resolvería de manera integral la situación de muchos uruguayos que dependen de su capacidad de traslado o de las rondas sanitarias que muchas intendencias realizan. Pero es un comienzo que disminuye el aislamiento sanitario y que seguramente permitirá avanzar en ese sentido.

Paralelamente y para otro grupo meta, surgió Doctari.com una plataforma virtual que le permite a las personas que pueden costear la consulta virtual, acceder a su médico o al médico que deseen de manera no presencial.

Como señalan sus impulsores un cambio muy importante en el paradigma asistencial que junto con otros emprendimientos mejorará las opciones asistenciales de muchos uruguayos.

Las TICs vinieron para quedarse y para participar activamente en la accesibilidad de la población a las prestaciones médicas.

Por supuesto que eso no es todo y se puede afirmar que  estas herramientas informáticas tienen una enorme potencialidad que se debe explorra.

martes, 22 de agosto de 2017

El Hospital Internacional de Maldonado

Mi última columna en La Democracia

Viendo el programa “Los notables” de Diego Fisher, me encontré con Enrique Antía, el Intendente de Maldonado.

Entre las cosas que dijo fue que estaba bastante avanzado el Proyecto del Hospital Internacional de Maldonado, con inversiones argentinas, brasileñas, norte americanas, españolas y aparentemente también nacionales.

A mediados de enero de este año, cuando sentí por primera vez que existía este proyecto, publiqué la siguiente columna:

“Hace ya algún tiempo se había iniciado cierta polémica sobre este proyecto.
Claramente los aspectos ideológicos estaban en juego. Todos aquellos que, a diferencia del inefable Olesker, que gusta disfrutar del principal balneario, con su elegante remera Lacoste, siguen aferrados a la idea del “balneario de los pata arrollada”, perciben esta idea como propia del capitalismo salvaje.

En realidad a mí me parece, en principio, excelente.

¿Por qué opino de esta forma?

Desde hace muchos años, cuando iniciamos ASSE, veíamos que en Maldonado – Punta del Este, se daba un verdadero problema estacional, durante el cual la oferta asistencial era insuficiente  para dar respuesta al enorme crecimiento demográfico que se producía en la temporada estival. Las instituciones de la FEMI han realizado grandes esfuerzos por mejorar la situación. 

Tampoco la oferta era adecuada a la demanda de un grupo de turistas de muy alto nivel económico, que pagaban sumas cuantiosas por alquiler u hospedaje y la respuesta asistencial era paupérrima.

Por otra parte la concentración de la alta tecnología en Montevideo, reforzaba impúdicamente el centralismo capitalino en perjuicio de la descentralización tantas veces invocada.

Todas estas razones obligaban a pensar en alternativas como la que hoy se plantea. El tema era definir quién debía hacerse cargo de los costos.

Sin lugar a dudas un emprendimiento privado, pensado con fines de lucro, puede influir positivamente en la respuesta asistencial del principal balneario, consolidándolo como polo turístico del más alto nivel.

Seguramente dotará al balneario, y por qué no a toda la región este del país de una calidad asistencial mucho mayor. Existen herramientas administrativas que permiten al estado hacer uso de los servicios disponibles, que se han beneficiado de exoneraciones tributarias. Ya existían cuando hace 40 años importábamos los primeros equipos de ultrasonografía

Su desarrollo estimulará las mejoras en el resto del sistema asistencial.

Por otra parte, la oferta extra estacional de servicios de salud, puede fortalecer la estrategia de desestacionalizar la actividad en el balneario. Hace años se intentó con el Argentino Hotel de Piriápolis, impulsando programas para la tercera edad, con la orientación de la Dra. Aslan.

Lo que me cuesta entender son algunos hechos:

¿Cómo una iniciativa de esta naturaleza puede hacerse pública sin que el Sr. Ministro sepa algo del tema?

¿Cómo puede decir el Sr. Ministro que un proyecto de esta magnitud no incide sobre el Sistema de Salud? Está en la tapa del libro sobre las características de los sistemas, que cualquier modificación que ocurra actúa sobre la totalidad del mismo.

¿Cómo y por qué participa en el proyecto una Institución como La Española, que según se dice mantiene un déficit importante en sus finanzas?

¿Juan Salgado en qué rol participa: como Presidente de Cutsa, por su relación con La Española, como asesor del Presidente o por alguna otra razón?

En fin y más allá de estas curiosidades, creo que la propuesta debería ser apoyada”.

Hasta acá la columna publicada.

Hoy reafirmo mis consideraciones y me congratulo de tener un Intendente de mi Partido Nacional, que dice haber avanzado sustancialmente en el cumplimiento de los compromisos asumidos en la campaña electoral, entre los cuales inversiones como éstas aportarán a solucionar el problema de la caída en la ocupación departamental, a mejorar la atracción internacional del departamento y a mejorar la propuesta asistencial en salud en el departamento y en la región.

Al mismo tiempo su gestión, como lo fue la de Luis Alberto Lacalle en los 90, prioriza la atención de tres necesidades muy importantes:
  • Lo laboral
  • La seguridad con la implementación del sistema de cámaras 
  • Lo social, con la reducción de los asentamientos más importantes del departamento.

Parece claro que cuando se quiere se puede.

viernes, 18 de agosto de 2017

La nueva ley de Salud Mental y los centros de internación para pacientes crónicos


Una nota de prensa señalaba: “En 2025 no quedarán más clínicas psiquiátricas privadas, hospitales monovalentes (los llamados manicomios) ni las polémicas colonias (como la Etchepare). Y desde la noche del pasado miércoles, cuando se promulgó la nueva ley de salud mental, quedaron prohibidas las nuevas internaciones en este tipo de recintos y la apertura de nuevos establecimientos. Al menos en teoría, porque los legisladores votantes reconocieron que "el modelo se irá ajustando sobre la marcha".

Nadie puede discutir que, como ya lo he señalado en más de una oportunidad, este tipo de servicios (sobre todo en la órbita estatal) ha sido y sigue siendo verdaderos depósitos de deshechos humanos.

Sólo la incansable presencia de muy pocos familiares y de algunos grupos sociales muy solidarios, impide que las cosas no sean mucho peores.

Aparentemente la estrategia se basa en primer lugar en impedir la internación de nuevos pacientes en estos servicios y simultáneamente prohibir la creación de servicios similares. Parece bastante lógico que apostando a la biología y sin cambios sustanciales en las condiciones de vida y asistencia de los ahora internados, en 8 años la población interna se habrá reducido sensiblemente.

Al final de la dictadura, frente a la misma problemática, se decidió que  a la Colonia Santin Carlos Rossi (frente a la Etchepare) fueran trasladados los pacientes con peor pronóstico y se les dejó en condiciones casi de abandono como forma de poder cerrarla definitivamente.

No quiero afirmar que ahora se esté pensando en una brutalidad similar, pero de alguna manera me temo que el resultado y el devenir de este proceso vayan en un sentido parecido.

En 1986 participé, como Director del Hospital Vilardebó, de un grupo de trabajo creado para formular un nuevo Programa de Salud Mental. Con excepción de los representantes de los usuarios (representación muy difícil de elegir) no quedó nadie afuera de ese grupo.

El resultado: Un Programa Nacional de Salud Mental con el apoyo de todos los sectores involucrados,  aprobado por el Sr. Ministro de Salud Pública.

Se podrán preguntar ¿Qué pasó con él?

NADA. Era muy bonito pero impracticable, porque no existían los recursos necesarios, pero tampoco parecía posible la coordinación entre el sector público y el privado, como forma de racionalizar los gastos.

En aquella época el modelo italiano de la deshospitalización hacía furor. También fracasó porque no se habían previsto alternativas asistenciales que permitieran mantener estos pacientes fuera de los hospitales.

Muchas veces he señalado que aquello de no poner la carreta delante de los bueyes, no es sólo para las carretas.

Antes de inventar cambios hay que analizar qué hacer con los impactos que esos cambios pueden generar.

Si hoy el país tiene un problema enorme con las residencias para ancianos, que lejos está de poder ser resuelto. Si han inventado un Sistema Nacional de Parches al problema de los ancianos, con el SN de Cuidados, alguien en su sano juicio me puede asegurar que van a existir alternativas para cuidar de los sobrevivientes al cierre y de los futuros pacientes siquiátricos crónicos.

Me temo que no, pero fue políticamente correcto y a nadie le dio la nafta para ponerle freno al delirio.

Los que viven en la calle, muchos de ellos pacientes siquiátricos crónicos y sin familia, tampoco tendrán donde ir y seguramente se unirán a otros más que, al no tener dónde internarse, aumentarán la población en esa situación.

Claro, el problema se trasladó, en la teoría, para el 2025 y mientras tanto a una reglamentación que sólo Dios sabrá cuando será redactada y aprobada.