ASSE desiste de crear un Centro de
Trauma.
Publicado en Búsqueda del 30 de agosto
Sr. Director
Leímos en Búsqueda del 23 de
agosto esta noticia.
Qué pena. Estaba convencido que
el Uruguay y Montevideo se merecían un Centro de este tipo. La accidentalidad
de diferentes causas, (tránsito, construcción, etc.) son una importante causa
de mortalidad en este país. Sobre todo de gente joven.
Durante muchos años el Hospital
de Clínicas había logrado generar este tipo de respuesta, en la medida que su
emergencia estaba respaldada por especialistas de casi todas las especialidades
requeridas, para atender con solvencia situaciones extremadamente complejas.
Hoy dista mucho de cumplir ese rol. Carecía de respaldo traumatológico, pero
aunque parezca absurdo, los traumatólogos estaban enfrente, en su instituto y
si el paciente no podía ser trasladado se trasladaban ellos.
Las seriales americanas y los
informativos, nos muestran cómo en un país como EEUU, la atención de las
emergencias se canaliza a través del 911, que está respaldado por centros de
esta naturaleza que le dan el respaldo técnico a los paramédicos para que
cumplan adecuadamente su labor y logren que los pacientes graves lleguen a
estos centros en las mejores condiciones, siendo atendidos de inmediato con
toda la batería de recursos que requieren para potenciar sus oportunidades de
sobrevida y además en las mejores condiciones.
Este país carece totalmente de un
Sistema Nacional de Emergencia y vemos con frecuencia, cómo se pierden tiempos
decisivos por carecer de un protocolo de asistencia, para estos casos, con su
correspondiente respaldo institucional.
Cada institución tiene su propio
servicio de emergencia, con notorias carencias para enfrentar casos graves y
complejos. Se superponen recursos, de por si insuficientes y no especializados,
instalados muchas veces a corta distancia, con un nivel de eficacia y
eficiencia alarmante. (Escasez, derroche e indiferencia = sub desarrollo)
La idea iba, a mi criterio, en la
dirección correcta. Se comenzaba a generar un sistema asistencial que le daba
respaldo a todo el país, con un helipuerto, en una zona de la ciudad
relativamente accesible, rodeada de grandes avenidas, dotada de la más moderna
tecnología, con el correspondiente respaldo profesional, que hubieran permitido
racionalizar la utilización de los recursos y mejorar notoriamente los
resultados.
Pero no, pudieron más los
corporativismos. El Instituto de Traumatología, un verdadero sin sentido
asistencial, que se intentó sustituir durante el gobierno del Partido Nacional,
por servicios de Traumatología descentralizados en todo el país; y por
servicios de la especialidad, en los hospitales generales de la capital; cuyo
rol docente debería incorporarse al hospital universitario y no mantener esa
dualidad docente asistencial que costó muchísimos dolores de cabeza a quienes
intentaron ejercer la dirección desde la ASSE.
Una puerta de emergencia de
adultos, a una cuadra de la que tiene el Filtro y por supuesto los 700
funcionarios que hoy tiene ASSE, completarían los “ocupas” de ese edificio.
Pensar que cuando la fundamos, la primera gran batalla que tuvimos que dar fue
disponer de un despacho para poder trabajar y hoy cuanta con ese número de
funcionarios. Quiero pensar que el casco central del Ministerio debe de tener
700 funcionarios menos, porque de lo contrario sería una muestra más del
crecimiento innecesario de la estructura pública.
En suma: marchas y contramarchas,
errores que se repiten, falta absoluta de claridad en lo que piensan hacer,
ausencia notoria de una planificación estratégica, que si existiera es secreta,
caos en la gestión.