Los que se van dicen que, en la
salud, las actuales autoridades electas van a hacer muy pocas cosas. Es
evidente que hay gente que le gusta hablar de la soga en la casa del ahorcado.
Cuando leemos o escuchamos a
referentes del sector de la salud, de la fuerza política gobernante, realizar
ese tipo de afirmaciones, no podemos dejar de preguntarnos si sus dichos
responden a una soberbia totalmente descontrolada que les inhibe intentar una mínima
autocrítica o son tan ignorantes que hablan sin saber lo que durante tantos
años han tenido entre sus manos y no han sabido resolver.
¿Cómo se puede explicar que aún
en la despedida sigan defendiendo una reforma que no existió, que fue una gran
operación de marketing que logró que la gente y sus propios “compañeros”
creyeran que habían hecho algo maravilloso?
Ahora uno los lee sosteniendo que
la “grandiosa reforma” es muy difícil de modificar, cuando todos los que algo
entendemos de este tema sabemos que ha quedado todo para hacer.
Un objetivo que se persigue desde
que se creó ASSE en 1987 ha sido lograr que el MSP fortaleciera su rol rector
sobre el sector, para poder hacer que los servicios de salud fueran mucho
mejores, en la medida que al ser juez y parte, porque los hospitales estaban
bajo su órbita, las carencias que en ellos se comprobaban hacían que perdiera
autoridad sobre el resto de los prestadores.
Pasaron 30 años de aquel inicial
intento y 12 de la tan mentada reforma y el cúmulo enorme de irregularidades en
la gestión descubiertas por Martín Lema y la persistencia de uruguayos en clara
“indigencia sanitaria” siguen persistiendo. Mientras tanto el MSP continua atado
de manos porque quienes dirigen ASSE son correligionarios de las autoridades ministeriales
y denunciarlos y dejarlos en evidencia impacta negativamente en la imagen del
gobierno de turno.
Hace años que estamos oyendo
hablar de la Historia Clínica Electrónica. ¿Saben que hoy coexisten más de un
modelo de Historia Clínica y que aparentemente no se ha logrado que exista una
sinergia entre las informaciones que generan, que le permita al MSP fiscalizar
y controlar el cumplimiento de las metas, pero al mismo tiempo cada mutualista
la usa como se le ocurre y existen ejemplos de que la información no se vuelca
en su totalidad en la historia?
Por lo que tengo entendido se han gastado
fortunas en esa herramienta que sin lugar a dudas, bien usada puede tener un
impacto muy importante en lo asistencial y en lo fiscalizador.
Una vez más: escasez de información adecuada
y necesaria, derroche de recursos gastados en diferentes software de manera
irracional y sin una visión sistémica e indiferencia porque se mira para otro
lado. A eso se le conoce como SUBDESARROLLO
Pero lo que es peor es que han creado
la idea de que la famosa Historia Clínica Electrónica es el máximo aporte de
las Tecnologías de la Información y la Comunicación, cuando apenas es una rama
del frondoso árbol que esas tecnologías, como muy variados frutos, pueden
aportar a la gestión del sector.
¿Saben ustedes que este supuesto
sistema integrado de salud mantiene, a lo largo y ancho del país, más de un
servicio de emergencia y más de una maternidad, entre otras cosas, en
localidades cuya población es mucho menor que el de una mutualista pequeña?
¿Existe alguna explicación que no
esté directamente vinculada al famoso mercado, que la izquierda denosta y
critica como el peor de los males, que explique por qué cuando yo me recibí
éramos 5 o 6000 médicos y ahora hay más de 16000 y no alcanzan, pese a que
seguimos siendo la misma cantidad de usuarios?
Es tanto lo que no han hecho y
tanto lo que hay para hacer, que desde ya les puedo asegurar que aunque no
quieran, las actuales autoridades electas van a tener una enorme tarea y si
Dios y la responsabilidad, que desde ya descarto, lo permiten serán muchos más
los cambios en estos próximos 5 años que los ocurridos en los últimos 15.
Lo que no se debe perder de vista
es que como en la mayoría de las actividades, no basta con la academia, sino
que es necesario conocer la realidad y tener la capacidad de verla con visión
sistémica.
Salud 21, proyecto que
coordinamos, pretende integrar la memoria viviente de los veteranos, libres de
todo tipo de compromiso, con la energía y el conocimiento actualizado de los
jóvenes, en un espacio de reflexión para quienes, sin ideologías inmovilizantes,
quieran aportar a una verdadera reforma de la salud, que permita con el casi
10% del PBI, tener una asistencia mucho mejor