Ahora le tocó al Hospital Pasteur
Mi querido amigo, el Dr. R. Ayestarán, director del Pasteur,
se nota que agotó su dosis de paciencia y explotó denunciando irregularidades,
que por falta de originalidad, no dejan de ser preocupantes.
Su relato nos muestra una crisis muy profunda, donde una vez
más queda en evidencia la subversión de valores, que habilita a que cualquier
integrante de una organización tome decisiones, convencido que tiene la
autoridad para hacerlo.
Pero al mismo tiempo nos muestra que en estos casi 9 años de
gobierno, el Sistema Nacional Integrado de Salud, no ha logrado concebir un
mecanismo hábil para controlar los derechos y los deberes de los trabajadores y
de los empleadores.
El uso y abuso de las certificaciones médicas, prohijado por
una falta alarmante de ética, por parte de muchos profesionales médicos, que
con absoluta irresponsabilidad certifican patologías no existentes y otorgan más
días de licencia que los estrictamente necesarios; sin tener en cuenta el daño
que le hacen a las empresas y a los propios “beneficiarios” de este delito, que
los convierten en estafadores contumaces, ignorantes por completo de la cultura
del trabajo y de la responsabilidad.
Vivimos en un tiempo, donde las irregularidades cometidas a
todos los niveles se ocultan, como lo hacen los gatos, amparados por la
impunidad que le otorgan las mayorías parlamentarias o la incapacidad de
generar mecanismos de contralor y seguimiento de un proceso tan importante como
la habilitación para ejercer el derecho a curarse en las mejores condiciones.
Seguramente vamos a presenciar algún gesto desubicado por
parte de la gerenta de ASSE, que una vez más queda en evidencia, que el cargo
le queda inmenso.
Por otro lado sería buena cosa que desde el gobierno se
buscara, entre todos, una solución que permita controlar estos desvíos de
conducta y se retorne al tiempo donde el derecho a la certificación médica, era
un derecho y no una excusa para no trabajar.
Existe una especialidad, la Medicina Laboral donde se forman
profesionales para actuar en esta área tan específica e importante.
Existen organismos como el BSE y el BPS con una prolongada
trayectoria en esa temática.
¿No será tiempo de aprender de la experiencia y construir
con el moderno saber, soluciones para estas atrocidades?
¿No será tiempo de empezar a denunciar penalmente a quienes abusan del derecho que le da la profesión y emiten certificados falsos, que no son más que instrumentos para ejercer una estafa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario