Hoy pensaba compartir mi opinión sobre el Hospital de
Clínicas, que salió publicada el jueves pasado en la sección Cartas a la
Dirección del Semanario Búsqueda, pero algo sucedió que me hizo cambiar de
idea.
Debí salir en la gélida y lluviosa mañana del domingo y
transitar por la Avenida Italia hacia el este. Durante el trayecto me llamó
poderosamente la atención el número creciente de gente durmiendo tirada en el
cantero central, protegidos apenas por el follaje de algún árbol o en rincones
de las veredas protegidos por alguna pared.
Se dice que la invasión de nuestras calles y avenidas por
ciudadanos, se nutre cada vez más de jóvenes.
Mientras tanto información como la publicada en anteriores
entregas, nos señala el aumento del consumo de drogas en nuestro país y en la
región y no se puede menos que relacionar ambos hechos que nos muestran la
gravísima situación en la que venimos cayendo.
Por su parte desde el gobierno se “promueve el consumo” regulando
su producción y tratando de reglamentar su venta.
Autoridades del más alto nivel nos dicen que los jóvenes
NINI, no existen y que por el contrario trabajan mucho a nivel familiar y por
esa razón desertan del sistema educativo.
Al mismo tiempo nos enteramos que el Ministerio de
Desarrollo Social dispone de una importante flota de vehículos equipada para
evitar agresiones, que no se tiene claro para qué son utilizados.
El Ministerio del Interior, con el mayor presupuesto de la
historia, comprueba como la droga llega cada vez con mayor facilidad a los
consumidores a través de una red de bocas que se abren como pústulas de una
infección imparable.
Parece claro que en este tema también existe un profundo
fracaso. Que en lugar de darle la importancia que por su gravedad tiene, se
talentea, se trata de ignorar y se observa impotentes cómo se agrava.
Si se juntan todos los datos se debería percibir una muy
intensa luz ROJA que exige convocar a todas las fuerzas políticas, a
organizaciones sociales vinculadas al tema y a expertos del mundo desarrollado
para, entre todos, buscar una solución.
El deporte, la educación y la contención familiar son seguramente las principales herramientas para evitar el consumo abusivo de las drogas.
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