lunes, 19 de marzo de 2018

Cerrarán maternidades en el interior

 


Este titular aparece en El País del 3 de marzo.
En mi columna anterior, en el primer número de este año, en el punto 4 de lo que entendía que ASSE debía hacer, señalaba:

Revisar y reformular el Programa Materno Infantil en todo el país, unificando los servicios existentes y dotándolos de los recursos necesarios para mejorar su eficiencia
Dos cosas pueden suceder, o el Sr. Ministro leyó mi columna (cosa poco probable porque se trata de una persona muy ocupada) o mi diagnóstico sigue teniendo validez y por fin parece que están pensando en generar cambios en serio.

Hace casi 4 años proponía en el Programa de Salud de TODOS,  que en un país con tan baja natalidad, debemos esforzarnos en mejorar al máximo el programa Materno Infantil, porque de él depende la sobrevida y la salud de nuestros niños y de sus madres.
Proponía aprovechar experiencias, como la del Área de la Salud del BPS, en la que estaban claramente definidos los factores de riesgo, los niveles asistenciales en los que se debían asistir las embarazadas cuando están presentes estos factores, etc. Dichos servicios contaban con protocolos asistenciales que definían con claridad los procedimientos y permitían un mayor control de las actuaciones cuando ocurría algún suceso no deseado. Recuerdo los ateneos impulsados por el Profesor Mañe Garzón basados en una auditoría sobre las muertes fetales y perinatales, ocurridas en pacientes asistidas por el servicio del BPS. Los protocolos asistenciales eran fundamentales.

Se debe procurar terminar con el temor a dar a luz, a veces tan frecuente en embarazadas que viven en el interior, lejos de maternidades con la capacidad asistencial adecuada.
Para ello se deben definir con claridad dónde se puede y dónde no se puede asistir un parto, qué hacer en aquellos casos que se complican, a dónde y en qué trasladar a las parturientas, etc.

Como parte de ese proceso de revisión y reformulación del Programa Materno Infantil, la idea de terminar con la superposición de servicios, alguno de ellos parcialmente incompletos, creando maternidades únicas, con el mejor nivel de confort, con el más moderno equipamiento y con todos los recursos humanos necesarios, aplicando aquí también los criterios de complementariedad y la coordinación interinstitucional, es a mi juicio una idea absolutamente compartible.
Este tema está íntimamente relacionado con otros dos también señalados entre las prioridades en la gestión de ASSE.

 Se requiere de un buen primer nivel que capte precozmente y de seguimiento a embarazadas y niños; y de un buen servicio de traslados de emergencia que realice las derivaciones necesarias a los centros de referencia.
Como se puede apreciar intervenir en estos sistemas asistenciales es algo complejo y no sirven los toqueteos, parches, remiendos, cuando se omite la visión sistémica.

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