Este titular aparece en El País
del 3 de marzo.
En mi columna anterior, en el
primer número de este año, en el punto 4 de lo que
Revisar y
reformular el Programa Materno Infantil en todo el país, unificando los
servicios existentes y dotándolos de los recursos necesarios para mejorar su
eficiencia
Dos cosas pueden suceder, o el
Sr. Ministro leyó mi columna (cosa poco probable porque se trata de una persona
muy ocupada) o mi diagnóstico sigue teniendo validez y por fin parece que están
pensando en generar cambios en serio.
Hace casi 4 años proponía en el
Programa de Salud de TODOS, que
en un país con tan baja natalidad, debemos esforzarnos en mejorar al máximo el
programa Materno Infantil, porque de él depende la sobrevida y la salud de
nuestros niños y de sus madres.
Proponía aprovechar experiencias,
como la del Área de la Salud del BPS, en la que estaban claramente definidos
los factores de riesgo, los niveles asistenciales en los que se debían asistir
las embarazadas cuando están presentes estos factores, etc. Dichos servicios
contaban con protocolos asistenciales que definían con claridad los
procedimientos y permitían un mayor control de las actuaciones cuando ocurría
algún suceso no deseado. Recuerdo los ateneos impulsados por el Profesor Mañe
Garzón basados en una auditoría sobre las muertes fetales y perinatales,
ocurridas en pacientes asistidas por el servicio del BPS. Los protocolos
asistenciales eran fundamentales.
Se debe procurar terminar con el
temor a dar a luz, a veces tan frecuente en embarazadas que viven en el
interior, lejos de maternidades con la capacidad asistencial adecuada.
Para ello se deben definir con claridad dónde se puede y
dónde no se puede asistir un parto, qué hacer en aquellos casos que se
complican, a dónde y en qué trasladar a las parturientas, etc.
Como parte de ese proceso de
revisión y reformulación del Programa Materno Infantil, la idea de terminar con
la superposición de servicios, alguno de ellos parcialmente incompletos,
creando maternidades únicas, con el mejor nivel de confort, con el más moderno
equipamiento y con todos los recursos humanos necesarios, aplicando aquí
también los criterios de complementariedad y la coordinación interinstitucional,
es a mi juicio una idea absolutamente compartible.
Este tema está íntimamente
relacionado con otros dos también señalados entre las prioridades en la gestión
de ASSE.
Se requiere de un buen primer nivel que capte
precozmente y de seguimiento a embarazadas y niños; y de un buen servicio de traslados
de emergencia que realice las derivaciones necesarias a los centros de
referencia.
Como se puede apreciar intervenir
en estos sistemas asistenciales es algo complejo y no sirven los toqueteos, parches,
remiendos, cuando se omite la visión sistémica.
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