Días pasados veíamos, en una foto, al Senador José Carlos Cardoso
junto a su familia, muy recuperado, después del gravísimo accidente
automovilístico sufrido en Rocha, su departamento.
Casi simultáneamente y como respuesta a gravísimos
accidentes ocurridos en otros puntos del país, desde el gobierno anunciaban un
“Plan Piloto”, para enfrentar esas contingencias.
Si recordamos el accidente de José Carlos, el lugar donde se
produjo y la respuesta ofrecida; en la que se movilizaron rápidamente los recursos
locales, el helicóptero sanitario que apareció con el Presidente de la UNASEV a
bordo, en su doble calidad de jerarca y de intensivista y su posterior atención
en una de los centros asistenciales mejor equipados del país, no podemos dejar
de pensar que si hoy está en las condiciones en las que se le ve, la calidad de
la respuesta jugó un papel decisivo.
Con la inmensa alegría de que le haya tocado esa suerte, no
puedo dejar de pensar en el resto de la gente que vive aquí o que viene a este
país a disfrutar de sus bellezas naturales y me pregunto ¿cómo se implementaría
algo similar, si a algún otro le sucediera algo parecido?
Con la simple herramienta de internet podemos acceder a
información que nos permite conocer los Sistemas Nacionales y hasta
comunitarios de Emergencias implementados en el mundo. (España, Francia,
Comunidad Económica Europea, etc.)
La pregunta que surge es si estamos tan lejos de poder
implementar algo así en nuestro país.
Con toda franqueza me atrevo a afirmar que si bien es
probable que no se pueda llegar a ese nivel, podemos avanzar muchísimo en el
mismo sentido.
Lo que importa hoy es afirmar que poder instrumentar un
Sistema Nacional de Emergencias se puede y lo que es más, se DEBE implementar
1. Porque casos como el de José Carlos se ven frecuentemente.
2. Porque otro sinnúmero de emergencias han terminado en
muertes evitables,
3. Porque
tenemos un país chico, que a poco que se mejoren sus carreteras, la
accesibilidad es muy buena.
4. Porque
tenemos una buena infraestructura aeroportuaria que permite la utilización avionetas
y helicópteros sanitarios, acortando significativamente los tiempos de traslado
5. Porque se pueden coordinar
los recursos públicos y privados existentes.
6. Porque
seguramente la cooperación internacional aportaría el Know How para su mejor
implementación.
7. Porque
esa misma cooperación podría facilitar el acceso al equipamiento y a la
tecnología necesaria.
Por último no puedo dejar de conminar a los legisladores en
general y a los de mi partido en especial, que hoy disfrutan de un José Carlos
recuperado, para que se pongan las pilas e insistan tenazmente para que el
gobierno instrumente un SISTEMA NACIONAL DE EMERGENCIAS, que asegure a nuestra
gente que no se va a morir porque le creció la cañada o porque el pueblo más
cercano está demasiado lejos y no tienen cómo trasladar a sus enfermos.
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