Acabo de recibir el aviso de mi
querido amigo Anibal Steffen, de que es tiempo de aportar nuestras columnas
para la próxima actualización de La Democracia Digital.
Su mensaje tiene el mismo efecto
que el de un llamado de la conciencia que nos reclama cumplir con el deber de
un buen militante por la causa del Partido Nacional que es la causa de la
Patria.
Hoy desperté pensando en la tarea
y en la falta de temas de actualidad relacionados con el sector de la salud,
que es siempre motivo de desvelo para quienes hemos dedicado buena parte de
nuestra vida profesional a su observación, análisis y elaboración de propuestas
de mejora.
Por alguna razón, siempre difícil
de explicar, dos temas aparecen en la prensa del día de hoy.
Por un lado una muestra más de
esa necesidad incontrolable que tiene esta fuerza política de tratar de
mostrarse creativa.
Se anuncia que el MSP y ASSE
impulsan el parto vertical como una forma de dar a luz que se extiende y
pretende desbancar a la cesárea. Sólo a manera de adelanto de una próxima
columna les cuento que esta iniciativa se planteó en el CLAP (Centro Latino
Americano de Perinatología) en el Hospital de Clínicas hace no menos de 40
años.
El segundo tema es la crónica de
una casi tragedia que sin lugar a dudas permite comprobar las falacias dichas
sobre la Reforma de la Salud y su “exitoso” Sistema Nacional Integrado de
Salud.
Me refiero a una apendicitis de
emergencia de una paciente, usuarias de ASSE en la ciudad de Trinidad, que
debió recorrer cientos de kilómetros para terminar siendo operada a pocas
cuadras del punto de partida.
La ciudad de Trinidad era, en mis
tiempos, la única en la que la mutualista local y ASSE prestaban sus servicios
en el mismo centro hospitalario. Una verdadera muestra de complementariedad
público privada que ya existía cuando pusimos ASSE en funcionamiento en 1998.
Hoy la crónica muestra que la mutualista tiene su propio servicio independiente
de ASSE. Podríamos etiquetarla como tránsito hacia la no complementariedad, totalmente
a contracorriente del discurso oficial.
En segundo término, frente a una
emergencia, se pudo comprobar que a ASSE le faltaban recursos, como ha sido
históricamente habitual, mientras en la mutualista a pocas cuadras los RRHH
estaban completos y a la orden. Superposición de recursos (2 emergencias con
capacidades de respuesta diferentes) con resultados muy perjudiciales para los
usuarios (los más pobres) de ASSE. Racionalidad cero.
Según el relato y por razones que
habrá que investigar, una integrante del “equipo de gestión” del centro
hospitalario resolvió que la paciente debía ser trasladada a Paysandú para ser
asistida, en lugar de aceptar la decisión de la propia paciente y de sus
familiares de hacerla asistir en la mutualista, a su costo. Por lo que dice la
carta del Lic. Leal, el cirujano tratante fue amenazado para que la paciente no
se atendiera en la mutualista. Primaron los intereses institucionales o
personales y bloquearon la alternativa más lógica.
La carta señala que la paciente
cursando su apendicitis, es traslada a Paysandú donde por razones no demasiado
claras no es ni siquiera vista por cirujano y al día siguiente decide abandonar
el hospital contra voluntad médica.
Vuelve en taxi a Trinidad y es
atendida y operada de urgencia, más de 24 horas después, en la mutualista local,
con diagnóstico clínico de apendicitis aguda con riesgo de evolucionar hacia
una peritonitis.
¿Qué razón que no sea personal
pudo haber tenido la Dirección del Hospital de ASSE para tomar esas decisiones
e impedir una atención urgente y oportuna?
Si esta paciente, que sin lugar a
dudas era portadora de una situación sanitaria de urgencia, hubiera
evolucionado hacia la peritonitis, hoy podría integrar la crónica roja y los
responsables estarían en manos de la justicia.
De esta crónica se desprenden
algunas contradicciones entre el discurso oficial y la realidad:
1. La
complementariedad que tanto intentan mostrar, lejos está de ser una realidad.
2. La
racionalidad en el uso de los recursos, concentrando los servicios más necesarios
como las emergencias, muy lejos de estar en la agenda.
3. El
derroche de recursos y la ausencia de un análisis costo beneficio, inexistente.
Se prefirió trasladar cientos de kilómetros, a una paciente que ofrecía pagar
los gastos en la mutualista, con un resultado absolutamente adverso ya que la
paciente debió retornar por sus propios medios para salvar su vida.
4. Si
no hubiera tenido recursos para hacerlo, si hubiera sido alguien en situación
más vulnerable, quizás hoy no contaba el cuento. Equidad cero.
5. La
coordinación interinstitucional está bloqueada con el prestador privado y deja
mucho que desear con el prestador estatal, al que se recurrió en Paysandú.
¿Hasta cuando pensarán seguir
engañando a la gente, que lamentablemente les sigue creyendo?
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