La Dirección de ASSE
El jueves 22 de Noviembre el Semanario Búsqueda publicó una Carta a la Dirección en la que pretendíamos aportar al conocimiento de la población, sobre la relevancia que tienen los cargos de dirección de un organismo como ASSE, por su dimensión y complejidad, pero sobre todo por los cometidos que tiene desde su fundación y que muy poco han sido tenidos en cuenta. Todo ésto para dejar en evidencia la necesidad de ser muy cuidadosos a la hora de seleccionar los representantes partidarios en su directorio.
La Dirección de ASE
¿Qué variables se
deben de tener en cuenta, a la hora de seleccionar a quien ocupe un cargo en el
directorio de ASSE? ¿Por qué sostenemos que ASSE es un organismo de gran
importancia en la asistencia de la salud en el Uruguay?
Sr. Director
Mucho agradecería la publicación de esta carta a la
Dirección.
Ante la renuncia del representante del Partido Nacional en
el Directorio de ASSE y su posible sustitución, me parece oportuno hacer
algunas consideraciones.
“Para mi ASSE es una estafa como mutualista, deberían quitarla y quienes
estamos afiliados a ASSE, darnos posibilidad de elegir otra sin esperar el
corralito, no es una empresa seria, sus funcionarios viven de conflicto en
conflicto y siempre afecta a quienes estamos afiliados , te certifican sin
hacerte estudios x que son caros , dan fecha para tres o 4 meses después que la
pedís con suerte y para una tomografía con suerte te la hacen a los 6 meses,
sobre todo en el interior, la mayoría de los funcionarios se ríen en la cara de
los pacientes, tanto médicos como enfermeros por lo general viven en la media
hora , no todos , solo la mayoría”.
Este comentario lo extraje de
Facebook, vinculado a una publicación que hice relacionada con declaraciones
del ex director nacionalista de ASSE, escribano Drapper. Podríamos inferir el
desconocimiento de quien lo escribió sobre cómo llegó ASSE a lo que actualmente
es y me parece de utilidad que revisemos un poco la historia de la
organización, porque de ella puede surgir una respuesta a la segunda pregunta
¿Cuál es su importancia?
Propongo trasladarnos hasta mediados
de los 80, cuando la dictadura había resuelto retirarse y los partidos
políticos crearon la Concertación Nacional Programática, como forma de aunar
propuestas para facilitar, al primer gobierno democrático, una hoja de ruta
previamente acordada.
En la salud había consenso en la necesidad de una reforma
del sistema imperante y por lo menos dos opciones: una estatista donde el
mutualismo debía pasar al dominio estatal y una integradora que mantuviera los
dos subsistemas (público y privado) coordinados y complementados entre si,
mientras se procedía a transferir los usuarios del subsistema público al
mutual.
No cabían dudas que era
absolutamente incompatible, con una buena gestión, el ser juez y parte al mismo
tiempo, por lo que se debía procurar separar los servicios asistenciales del
rol fundamental del MSP como rector de las políticas de salud.
Con el Doctor H. Lucián y la
colaboración del Dr. Gonzalo Aguirre, formulamos un proyecto, a solicitud de
Wilson Ferreira Aldunate, que fue presentado en el Senado en el año 1985. No
prosperó porque la dificultad más importante que presentaba era el fiscalazo
que se debía generar para financiar dicha reforma.
Durante la administración del Dr. R.
Ugarte en el MSP se gestó otra propuesta liderada por el entonces ministro de
Trabajo y Seguridad Social, Hugo Fernández Faingold y compartida por algunos
jerarcas de aquel ministerio, que se conoció como Servicio Estatal de Salud,
que contemplaba fundamentalmente la posición más estatizadora.
Desde filas del Partido Nacional y
con el invalorable apoyo de Martín Sturla y del propio ministro Ugarte se
propuso otra solución que finalmente fue aprobada por el Presidente Sanguinetti
y que se integró a la rendición de cuentas del año 1987, por la que se creó la
Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
Entre sus cometidos tenía la gestión
de la administración de todos los servicios del MSP, en todo el país y la
potestad de procurar la coordinación de todos los servicios de salud del estado
entre si y con el sub sector privado, o sea con el mutualismo.
Sin lugar a dudas, la sola gestión
de todos los servicios asistenciales que pertenecían al MSP, era tarea más que
importante, por la cantidad de personas que en ellos se asistían, por la
multiplicidad de estructuras en las que se prestaba esa asistencia, por la
enorme dispersión de los servicios que iban desde el hospital Maciel en
Montevideo hasta una pequeña policlínica en Capilla Farruco del departamento de
Durazno o en Tomás Gomensoro en el departamento de Artigas. La enorme
diferencia del estado de conservación y por sobre todo la variedad e
inhomogeneidad de la dotación de sus recursos humanos, que en ese entonces eran
aproximadamente 14000. Era y seguramente debe de seguir siendo la estructura
más grande y compleja del Sistema Nacional Integrado de Salud.
Hoy ASSE funciona como una
Mutualista, aunque no se auditen sus cumplimientos ni sus resultados. Recibe
pagos del FONASA por quienes con derechos la elijan para asistirse o de
aquellos que con derechos no hagan su correspondiente elección en los plazos
estipulados. En este último caso el BPS los afilia a ASSE. Además el
“corralito” también la afecta, por lo cual sus afiliados no pueden cambiar de
prestador fuera de los plazos reglamentarios.
Mientras tanto el estado, por las
más variadas razones, fue desarrollando otros servicios asistenciales que
dependían de la misma fuente de recursos y que por las características de su
creación y desarrollo, muchas veces se superponían entre si, haciendo el gasto
en salud absolutamente irracional. (Servicios médicos de Entes Autónomos, como
los de AFE, ANCAP, BPS con Asignaciones Familiares incluida. Los servicios de
las FFAA y del Ministerio del Interior y por supuesto los servicios municipales
de salud).
Paralelamente el subsector privado
fue desarrollando sus propios servicios, aún a costa de generar servicios
superpuestos con los de ASSE en localidades cuyo tamaño y demanda no lo
justificaban. Así tenemos maternidades dispersas por todo el país donde por un
lado se atienden las beneficiarias de ASSE y a pocas cuadras, maternidades
donde se atienden las afiliadas de la mutualista local y beneficiarias del
estado a través del BPS. Puertas de emergencias con supuestos dobles o triples
equipos de guardia, que terminan habitualmente siendo los mismos profesionales que
cubren los diferentes lugares, muchas veces en forma simultánea, desplazándose
de un sede a la otra, de acuerdo a la demanda.
También la sociedad civil, ante la
ineficiencia, la indiferencia o la incapacidad de los servicios responsables de
su cobertura, fue creando servicios complementarios, gestionados por Organizaciones
No Gubernamentales de la más variada ideología.
Cuando tuve la oportunidad de ocupar
la primer Dirección General de ASSE, solicité que pincharan en un mapa de
Montevideo con agujas de diferentes colores los servicios públicos y privados
existentes y no se pueden imaginar la sorpresa que recibí cuando vi aquella
enorme cantidad de realidades amontonadas unas junto a las otras. Tiempo
después, en conversaciones con la gente, descubrí que no siempre la gente era
bien recibida en esos centros y por eso buscaban soluciones alternativas.
Como se podrá comprender, ante
tamaña irracionalidad en el uso de los recursos, la tarea de quienes dirigen
ASSE es por demás compleja y cualquier decisión que se adopte debe de tener en
cuenta al conjunto de los servicios existentes y no la individualidad del
servicio que se quiera modificar.
Por ello parece absolutamente
imprescindible definir con precisión, ¿cuál es el rol de cada una de las
estructuras en el SNIS?, ¿qué recursos físicos, humanos y de equipamiento se
precisan?, ¿dónde deben de estar ubicados?, ¿qué posibilidades de
complementación se pueden lograr? etc., etc.
En segundo lugar se debería trabajar
sobre una visión más clara del Sistema de Salud que queremos para los próximos 20
años y planificar de manera profesional las acciones necesarias para poder
concretarlo.
Por último lograr que ese proyecto
tenga un respaldo político que le permita convertirse en una política de
estado, que todos quienes gobiernen el sector, deban respetarlo y sólo promover
los ajustes necesarios para su mejor concreción.
En suma creo que ASSE es una
organización de una tremenda complejidad, que tiene muchísimos problemas en su
gestión, que los recursos asignados no han generado los cambios positivos que
deberían haber generado, que tiene una tarea por demás relevante y compleja que
es la de encontrar la forma de complementar y coordinar los servicios estatales
entre si, racionalizando sus ofertas y que por sus características debería
liderar los procesos de integración real, coordinación, complementariedad entre
servicios y desarrollo de programas nacionales que deben ser mucho más
eficientes y accesibles a toda la población.
Por todo ello sostengo con absoluta convicción que “no es
para cualquiera la bota e potro” y los responsables políticos deberían tener
muy en cuenta estas consideraciones a la hora de proponer candidatos para
ocupar cargos de tan alta dedicación y complejidad.
Dr. Jorge
Parodi Bernardi